"La esperanza es trabajar junto con los laicos", señala el delegado jesuita para la región

David Romero: «No vale la pena trabajar en la Amazonia sin la conciencia de estar unidos»

"El Sínodo es una oportunidad excelente para favorecer a la floresta en todos los sentidos"

David Romero: "No vale la pena trabajar en la Amazonia sin la conciencia de estar unidos"
David Romero, delegado jesuita en la Preferencia Amazónica RD

La Eucaristía puede continuar siendo la Eucaristía, pero al mismo tiempo una nueva forma de ser celebrada en medio de tantos pueblos que no tienen acceso al presbítero

(Luis Miguel Modino, corresponsal en Brasil).- David Romero es un jesuita de origen estadounidense que realiza su trabajo evangelizador en Brasil desde hace treinta años. Actualmente es el delegado de los Jesuitas en la llamada Preferencia Amazónica, que forma parte de la provincia jesuítica de Brasil, por lo que se podría decir que es el superior de la Compañía en la Amazonia brasileña.

Como él mismo reconoce, su trabajo tiene una dimensión de organización interna, pero también externa, pues en colaboración con la SJ Pan y la Red Eclesial Panamazónica (REPAM), pretende promover la Amazonia dentro de la Compañía de Jesús, tanto en Brasil como en América Latina, así como colaborar en el proceso del Sínodo Panamazónico, en el que los jesuitas tienen un papel destacado, y que es visto por el entrevistado como «una oportunidad excelente para dar un paso para unir nuestras comunidades, no sólo de los jesuitas sino también de las otras congregaciones, para sentirnos más conectados en la preservación, en favorecer a la Amazonia en todos los sentidos».

La Amazonia siempre ha sido una región importante para la Compañía de Jesús, aspecto que no ha perdido actualidad. De hecho, en este año 2018 han adoptado el nombre de Preferencia Amazónica, «valorando la riqueza que la Amazonia representa, no sólo para Brasil, sino para el mundo», como reconoce el Padre Romero.

En el proceso evangelizador de la Amazonia destaca la necesidad de trabajar juntos y de contar decisivamente con los laicos, «que es gente de la propia cultura y tiene capacidad de ayudar a pensar y reflexionar sobre soluciones apropiadas para la misión», siendo ellos los sujetos de los posibles nuevos ministerios que pueden surgir del Sínodo Amazónico.

Como jesuita, piensa que el Papa Francisco, también miembro de la Compañía, representa «una gran ruptura con una tradición de muchos años de ser de Europa», viendo en él a un «latinoamericano que conoce la realidad del continente», a alguien que «ha presentado al mundo una nueva postura como Papa». 

¿Qué significa la Amazonia para los jesuitas?

Para la Provincia de los Jesuitas, ya hace más de veinte años que esta región enorme, con grandes distancias, necesitaba de otro tipo de estructura en la forma de ser acompañada y entonces fue creado lo que se llamó el Distrito de los Jesuitas de la Amazonia, en 1995, con un superior local. En 2005, diez años después, fue creada la Región Amazónica de la Provincia de Brasil, y ahora, en 2018, se ha dado un paso más, denominado como Preferencia, valorando la riqueza que la Amazonia representa, no sólo para Brasil, sino para el mundo.

¿Qué puede significar el Sínodo para la Amazonia?

Recientemente terminé la visita a todas nuestras comunidades en la Amazonia. Todo mundo está trabajando en diversas actividades e ministerios, lo que está faltando es conectar esas obras, con una conciencia de que estamos todos en el mismo barco. Yo creo que el Sínodo y el proceso del Sínodo, la preparación, el propio Sínodo y después el pos-Sínodo, va a ayudar a conectar mejor nuestras comunidades con la propuesta de trabajo del Sínodo, con SJ Pan, y todo eso junto con la gran REPAM.

Veo, dado que estamos hablando de kairós, una oportunidad excelente para dar un paso para unir nuestras comunidades, no sólo de los jesuitas sino también de las otras congregaciones, para sentirnos más conectados en la preservación, en favorecer a la Amazonia en todos los sentidos.

El Sínodo quiere buscar nuevos caminos para la Iglesia y para la ecología integral. Desde su punto de vista y su experiencia pastoral, ¿cuáles son esos nuevos caminos que la Iglesia de la Amazonia está necesitando?

Sin duda, la gran novedad es trabajar juntos, la intercongregacionalidad, la interinstitucionalidad. No vale la pena trabajar y hacer un buen trabajo en la Amazonia sin la necesidad, la novedad, la conciencia de estar unidos con otras personas, otras congregaciones, otras entidades, promoviendo, protegiendo, favoreciendo la gran región amazónica. El gran nuevo camino para mí es esa conciencia de estar interconectados y favorecer cada vez más ese sentido de estar unidos en esa misma misión.

En referencia a los laicos, que sin duda deben tener un papel fundamental en la evangelización de la Amazonia debido a las grandes distancias que encontramos en la región, ¿cuál debería ser ese nuevo camino para el trabajo de los laicos aquí en la Amazonia?

La Iglesia da valor al trabajo de los laicos y laicas y acoge la colaboración en esa gran misión para preservar y cuidar de la Amazonia. Nosotros religiosos estamos quedándonos cada vez en menos, en términos numéricos, y con edades más avanzadas. La novedad y la esperanza es trabajar junto con los laicos. Los laicos sumando junto con nosotros y nosotros sumando con los laicos, que son de esta región, en cuanto muchos de los religiosos son de fuera, de otros países, de otras culturas.

La belleza de acoger a los laicos y laicas de esta región, que es gente de la propia cultura y tiene capacidad de ayudar a pensar y reflexionar sobre soluciones apropiadas para la misión.

Uno de los aspectos sobre los que cada vez se habla más es el de los nuevos ministerios para la Amazonia. ¿Cuáles podrían o deberían ser esos nuevos ministerios para la Amazonia?

En el Sínodo, esa área va a ser muy interesante, trabajar sobre los ministerios, reconociendo que la mayoría de las celebraciones que tienen lugar cualquier domingo, fin de semana, la gran mayoría son sin ministro ordenado, un sacerdote, un presbítero. La oportunidad de trabajar juntos, reflexionar juntos, compartir otras posibilidades como Iglesia ministerial, como Iglesia en salida, para que la Palabra de Dios, con toda su riqueza, continúe siendo divulgada, celebrada y compartida en la gran Amazonia.

Con los laicos, casados, solteros, la Iglesia tiene una oportunidad de revisar la postura que tiene actualmente y que ha servido durante muchos años, pero que la realidad de hoy levanta la posibilidad de modificar en otras formas de capacitar a nuestros laicos y laicas para ese servicio del Evangelio en la región amazónica.

¿Tiene lógica que, a partir de lo que la Iglesia dice, que la Eucaristía es fuente y culmen de la vida cristiana, en muchas comunidades de la Amazonia esa Eucaristía sea algo que sólo se celebra una o dos veces por año?

Toda esa área sacramental, y específicamente hablando de la Eucaristía, tan importante para la Iglesia, ofrece otro momento de diálogo como Iglesia. La Eucaristía puede continuar siendo ese centro de nuestra fe, Jesús presente en el pan y vino consagrado. Pero ante esa coyuntura, la Eucaristía puede continuar siendo la Eucaristía, pero al mismo tiempo una nueva forma de ser celebrada en medio de tantos pueblos que no tienen acceso al presbítero.

Como jesuita, ¿cuál piensa que es la importancia del Papa Francisco en esa nueva configuración de la Iglesia que poco a pocos se va instaurando? ¿Realmente él está plasmando un pensamiento ignaciano, una espiritualidad que forma parte da su vida?

El Papa Francisco desde 2013 cuando fue elegido, siendo un latinoamericano, fue una gran ruptura con una tradición de muchos años de ser de Europa. Entonces, en un jesuita latinoamericano, que conoce la realidad del continente, a partir de su tiempo de obispo e arzobispo, encontramos una persona que conoce mejor la realidad de América Latina.

La línea de Francisco, con la simplicidad, con la humildad, con el diálogo, con una clara opción por los pobres, un hombre de oración, de diálogo, de escucha, ha presentado al mundo una nueva postura como Papa. Su visita a Puerto Maldonado para sobre todo escuchar al pueblo indígena, llamó la atención de todo mundo. La publicación de la encíclica Laudato Si, ayudando y exhortando a la Iglesia a ser protagonista en el cuidado del medio ambiente, protagonista en cuidar de la Casa Común, protagonista en saber acoger a los pueblos originarios con respeto, con dignidad.

En todo eso el Papa Francisco ha sido una gran luz. Y ahora, convocando el Sínodo sobre la Amazonia crea esa oportunidad, que estamos llamando kairós, ese momento nuevo, esa oportunidad única para la Iglesia reflexionar, compartir sugestiones, nuevos caminos para preservar y cuidar de la Amazonia.

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Autor

José Manuel Vidal

Periodista y teólogo, es conocido por su labor de información sobre la Iglesia Católica. Dirige Religión Digital.

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