"Brasil es un país de inmigrantes", recuerda la asesora del Sínodo de la Amazonía

Márcia Maria de Oliveira: «Emigrar es un derecho y la xenofobia es un crimen»

"Los inmigrantes venezolanos están sufriendo muchas formas de xenofobia en la Amazonía y eso nos avergüenza"

Márcia Maria de Oliveira: "Emigrar es un derecho y la xenofobia es un crimen"
La socióloga brasileña Márcia Maria de Oliveira rcr

Movimientos anti-inmigración han ganado fuerza en las campañas políticas y aparecen en las promesas de los candidatos. Esas prácticas sin escrupulos instigan a la xenofobia y representan una gran irresponsabilidad

(Luis Miguel Modino, corresponsal en Brasil).- Con estas palabras, emigrar es un derecho, la xenofobia un crimen, titula su último escrito la socióloga brasileña Márcia Maria de Oliveira, señalando que «la onda de xenofobia practicada contra los inmigrantes de Venezuela ha crecido mucho en la Amazonía en los últimos tiempos». Es doloroso ver como los habitantes de una tierra que siempre acogió muchos inmigrantes sufren este tipo de persecución. Como señala la asesora del Sínodo de la Amazonía, «muchos emigrantes que salen de Venezuela para otros países, incluyendo Brasil, no son venezolanos», habiendo inclusive «brasileños que vivían en Venezuela y ahora participan del proceso migratorio».

La profesora de la Universidad Federal de Roraima afirma que «en Venezuela hay un proceso de crisis económica y política sin precedentes que ha empujado a mucha gente a la emigración como alternativa de sobrevivencia». Venezuela no es un país tradicionalmente emigrante. Por el contrario, «sólo en las décadas de 1980 y 1990, más de un millón de brasileños se desplazaron para otros países en busca de trabajo y mejores condiciones de vida», afirma Marcia de Oliveira. Todo eso sin considerar las migraciones internas, que muestran que Brasil es «un país en completo movimiento migratorio, lo que lleva a afirmar que, de alguna forma, ¡todos y todas somos emigrantes!«, insiste la socióloga.

Como alguien especialista en el tema, Marcia de Oliveira afirma que «la emigración es un derecho. Forma parte del conjunto de los Derechos Humanos garantizados a toda y cualquier persona. El emigrante es un sujeto de derechos. No puede ser desrespetado, humillado o rechazado por su condición inmigrante. Brasil es un país de inmigrantes. Buena parte de nuestra economía y de nuestras riquezas fueron construidas con el trabajo de los inmigrantes que llegan en suelo brasileño desde los primordios de la colonización».

 

Según la profesora, los venezolanos «emigran para escapar del hambre y de la miseria que se ha apoderado de su país». Son personas que esperan volver pronto, «por eso muchos no quieren ir para muy lejos. Prefieren quedarse en la Amazonía a la espera de un retorno rápido», afirma la socióloga, pues la emigración «para muchos fue la única alternativa de sobrevivencia».

Ante esta realidad, Marcia de Oliveira reconoce que «los inmigrantes venezolanos están sufriendo muchas formas de xenofobia en la Amazonía y eso nos avergüenza. El rechazo se ha manifestado de diversas formas, que van desde ofensas e injurias personales hasta movimientos colectivos de brasileños exigiendo la expulsión de los inmigrantes. Ataques a albergues espontáneos y campamentos improvisados, formados en su grande mayoría por mujeres y niños, se ha convertido en algo común en Roraima».

Junto con eso, un fenómeno preocupante es que, como bien dice la socióloga, «movimientos anti-inmigración han ganado fuerza en las campañas políticas y aparecen en las promesas de los candidatos. Esas prácticas sin escrupulos instigan a la xenofobia y representan una gran irresponsabilidad por parte de personas que ocupan o pretenden ocupar cargos públicos», lo que es un crimen.

Las leyes brasileñas condenan la xenofobia, así como la violencia y el racismo. En ese sentido, la profesora destaca que «los venezolanos han sufrido diversos tipos de ofensas sobre todo ofensa verbal, con referencias peyorativas y prejuiciosas que ofenden su dignidad». Por eso, ella reconoce que la «xenofobia es un crimen que necesita ser combatido y apartado de nuestras relaciones sociales y culturales. Y, en cuanto crimen, la xenofobia necesita ser denunciada tanto por el inmigrante, víctima directa, como por los testigos que no comulgan con ese tipo de comportamiento que debería avergonzarnos a todos y todas en un país y en una Amazonía eminentemente constituido por inmigrantes».

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Autor

José Manuel Vidal

Periodista y teólogo, es conocido por su labor de información sobre la Iglesia Católica. Dirige Religión Digital.

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