Estamos hartos de que nos mientan. Ahora se escuchará nuestra verdad
(C.D./EP).- De los 301 nombres de curas pedófilos que aparecen en el informe del gran jurado de Pensilvania, solo 10 están inscritos en el registro oficial de pederastas de este Estado. Es por eso que Ryan O’Connor, que sufrió abusos de un sacerdote de Johnstown en los años 80, y varias otras víctimas más han presentado una demanda colectiva contra ocho diócesis en Pensilvania, con la que buscan obligar a publicar los nombres de los acusados de tales acciones durante los últimos 70 años.
«No va de dinero», dijo O’Connor en una rueda de prensa en Pittsburgh. «Va de transparencia y de verdad. Es lo único que queremos».
Sacerdotes católicos en Pensilvania abusaron sexualmente de miles de niños durante siete décadas y silenciaron a las víctimas mediante «el uso de la fe como un arma» y una campaña sistemática de encubrimiento por parte de sus obispos, según afirmó en agosto el fiscal general del estado.
O’Connor ha sostenido que la demanda busca una orden judicial para exigir que las diócesis cumplan con la ley de Pensilvania y hagan públicos los nombres de los sacerdotes acusados de abuso sexual. La acción busca que se acceda a documentos internos de la Iglesia, pero no está haciendo ninguna demanda monetaria.
«Estamos hartos de que nos mientan. Ahora se escuchará nuestra verdad», ha recalcado O’Connor.
Por su parte, Judy Jones, de la Red de Supervivientes de los Abusos de Sacerdotes, advirtió de que «las autoridades eclesiales dicen que quieren transparencia, con lo que deben dar la bienvenida a esta demanda, no luchar contra ella».
«Los fieles, padre, policías, fiscales y el público necesitan y merecen conocer los nombres de cada empleado católico, actual y del pasado, que cometió o encubrió estos crímenes atroces. Publicar sus nombres también ayuda a las víctimas, quienes aún tienen miedo y guardan silencio, a saber que no están solos», afirmó Jones.
