Se priva a los canónigos de la gestión y administración, que pasa a ICSCO
(Melchor Sáiz Pardo, en Ideal).- Las hermosas cumbres de la Iglesia de Granada están tan borrascosas como en el inmortal dramón victoriano de Emily Bronte. Según se me ha informado, el Arzobispado de Granda podría haber emitido un decreto por el que funde en un solo cabildo los tres existentes: Catedral, Capilla Real y Sacromonte.
El arzobispo tiene potestad para reformar los estatutos, aunque según parece debe consultar su decisión (cosa que al parecer no ha hecho todavía). En este nuevo cabildo se limitan, según se me indica, las facultades de los canónigos a la Liturgia y a la Pastoral, privándolos del cuidado del patrimonio, de la gestión y de la administración.
Las funciones citadas (archivos, bibliotecas, bienes, templos, cuentas) pasan por disposición del Arzobispado al control de una institución llamada ICSCO (Centro Internacional para el Estudio del Oriente Cristiano), organismo adscrito, según parece, a una determinada corriente eclesial de carácter conservador, a la que pertenece el arzobispo granadino.
Esta situación de la que no se conocen otros detalles por la absoluta opacidad y falta de información en que se está desarrollando, ha causado profundo malestar en un sector del clero diocesano, que opta por guardar silencio por diversos motivos (una situación de parecida inquietud se vive en el Ave María y en la Inmaculada).
Pero la problemática está ahí y no sólo afecta a los clérigos sino a la ciudadana granadina (véase la carta al director de Remedios Murillo, de Mujeres y Ciudadanos por Granada, en Ideal), porque existe la posibilidad, evidente, de que el inmenso patrimonio religioso, cultural e intelectual de la Iglesia granadina termine tomando caminos no deseables y ajenos a esta diócesis.
¿Qué está pasando en la diócesis de San Cecilio?