La crisis también ha afectado a los cepillos

Los curas de Tenerife renuncian a sus pagas extra ante la merma de las ayudas públicas

La renuncia de estas cantidades permite a la Diócesis contar con 300.000 euros

Los curas de Tenerife renuncian a sus pagas extra ante la merma de las ayudas públicas
Cepillo para las limosnas de la iglesia

Con estos fondos y los 300.000 euros que se ahorran de las nóminas sacerdotales, más las cantidades que se recauden en colectas puntuales y donativos, la Diócesis tinerfeña confía en mantener abiertos todos sus centros y programas sociales

Los párrocos de la Diócesis de Tenerife han decidido apretarse el cinturón y renunciarán a partir del próximo 1 de enero a las dos pagas extra que reciben al año. La crisis también ha entrado en las vicarías y los sacerdotes pretenden con esta renuncia paliar la merma que sufrirán las arcas de la Iglesia debido a los más que probables recortes presupuestarios que impondrán las administraciones públicas del Archipiélago. Lo cuenta María Plasencia en La Opinión de Tenerife.

«La verdad es que para 2012 estamos resignados a no recibir apenas partidas de las instituciones de las Islas», explicó ayer el responsable económico del Obispado tinerfeño, Víctor Oliva, quien avanzó que con esta resolución de los párrocos de Tenerife, La Gomera, La Palma y El Hierro, la Diócesis Nivariense espera recolectar más de 300.000 euros.

A los recortes de las instituciones públicas se suma el bajón que han experimentado las recaudaciones que los feligreses hacen en el ´cepillo´ de los templos de las Islas como consecuencia de la crisis económica. Ambas situaciones han provocado la restructuración de los presupuestos de la Diócesis: «para mantener los servicios religiosos y sociales de la Iglesia necesitamos ajustar las nóminas de los sacerdotes», añadió Oliva.

El consejo de Asuntos Económicos de la Diócesis propuso al obispo, Bernardo Álvarez, y a la comunidad de sacerdotes la supresión de las pagas extra de verano y navidad así como la eliminación del complemento por responsabilidad, que perciben los curas que además del ejercicio sacerdotal desarrollan otras funciones en las delegaciones y vicarías del Obispado.

Cada una de las pagas extra de los sacerdotes de la provincia tinerfeña asciende a 630 euros, mientras que el complemento de responsabilidad oscila entre 50 y 100 euros. La renuncia de estas cantidades permite a la Diócesis contar con 300.000 euros, que según el responsable económico del Obispado «se destinarán al mantenimiento de nuestros servicios, más necesarios ahora que nunca».

Oliva destacó que en la redacción de los presupuestos para el próximo año se han obviado las subvenciones y ayudas que cada año les entregan las instituciones públicas aunque aclaró que «no se sabe si se van a recibir o no«. Además, explicó que por el momento se trata de una medida puntual puesta en marcha para el próximo 2012, aunque no descarta que se mantenga en los sucesivos años en función de la propia situación económica que se viva en el Archipiélago.

Mientras la crisis sigue haciendo mella en las arcas de la Iglesia, los responsables económicos del Obispado cuentan al menos con los fondos que les deriva la Conferencia Episcopal Española. Este dinero parte de la recaudación tributaria a través del Impuesto de la Renta sobre las Personas Físicas (IRPF) y en el caso de Santa Cruz de Tenerife asciende a 2.700.000 euros.

Con estos fondos y los 300.000 euros que se ahorran de las nóminas sacerdotales, más las cantidades que se recauden en colectas puntuales y donativos, la Diócesis tinerfeña confía en mantener abiertos todos sus centros y programas sociales. «Hay que tener en cuenta que una parroquia no solo presta un servicio religioso sino que se convierten muchas veces en la atención más inmediata a las personas con mayores necesidades», argumenta Víctor Oliva.

Precisamente por ello, tanto los sacerdotes como los feligreses han recibido de buen grado la propuesta del Obispado. «Los curas son los primeros en darse cuenta de como están las cosas en las comunidades de las que forman parte», aclaró el responsable diocesano.

«Otros deberían tomar ejemplo», es la reflexión principal de los fieles, en clara alusión a los responsables políticos. Para María del Carmen Pérez, habitual de la Iglesia de la Concepción en Santa Cruz de Tenerife, «los sacerdotes, que tienen un sueldo mísero, son los primeros en ayudar a los que lo necesitan», a lo que Manuel González apunta: «No hay más que ver las colas en los comedores religiosos y en Cáritas«.

Matilde Álvarez, feligresa tinerfeña, considera que «con esa decisión están dando una lección de solidaridad a todo el pueblo», una percepción con la que se muestra de acuerdo el párroco de la Iglesia de la Concepción, Mauricio González. «Intentamos ajustarnos con lo que tenemos», explica González, quien añade que «los gastos fijos de una parroquia son muchos, entre luz, seguro, limpieza… y cada vez se recibe menos«. Según explica el párroco, «es muchísimo el bajón en las colectas, la gente no puede donar lo mismo que antes».

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Autor

Jesús Bastante

Escritor, periodista y maratoniano. Es subdirector de Religión Digital.

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