"Nuestra sociedad está ajena a tantos problemas reales y verdaderos de la gente"

El arzobispo de Toledo, contra los empresarios que «ahorran medios para evitar accidentes»

"Son cantidad los accidentes que pueden evitarse por sobrecarga de trabajo o estrés"

El arzobispo de Toledo, contra los empresarios que "ahorran medios para evitar accidentes"
"Nuestra sociedad está ajena a tantos problemas reales y verdaderos de la gente"

La vida lleva consigo riesgos, sin duda, y es normal aceptar esos riesgos. Pero hay riesgos y riesgos. La genta no puede estar expuesta a riesgos grandes constantemente, como si la vida de las personas no valiera apenas

(Jesús Bastante/Agencias).- «Las condiciones de precariedad en el mercado laboral son muy altas, excesivamente altas», ha denunciado, en su pastoral de esta semana, el arzobispo de Toledo. En su escrito, titulado ‘Cifras preocupantes’, Braulio Rodríguez ha apelado a la responsabilidad de empresarios y políticos, «que se quieren ahorrar emplear medios para evitar accidentes».

«¿Y cómo se soluciona esto? ¿Estarán preocupadas nuestras autoridades por estas cifras? No parece, pues apenas se habla de ello, aun cuando de tantas cosas tratan en sus continuas intervenciones. ¿Será que no se cumple bien la Ley de Prevención de Riesgos Laborales?«, cuestiona el prelado, quien sostiene que la gente «no puede estar expuesta a riesgos grandes constantemente, como si la vida de las personas no valiera apenas».

«Son cantidad los accidentes de trabajo que pueden evitarse y que quienes tiene en sus manos el poder de evitarlo son los que poseen medios y mejores herramientas para evitarlos», denuncia Braulio, quien constata que «muchos se producen, además, por sobrecarga de trabajo, por estrés, por las largas jornadas, los bajos salarios, por algunas empresas que subcontratan obras a otras grandes empresas o simplemente empresas más grandes».

 

 

«Sin duda es posible que los mismos trabajadores sean también responsables porque se confían demasiado y no evitan riesgos«, añade, aunque considera que «mayor responsabilidad tienen las empresas que se quieran ahorrar emplear medios para evitar accidentes».

El escrito concluye, indignado, denunciando que «encima, hay quienes nos hablan de leyes de eutanasia activa, que deberían pagarse con dinero público; o nos hablan a todas horas de ideología de género, para solucionar lo que supone la violencia contra las mujeres, y no busquen otros modos de acabar con esa violencia inaceptable contra las mujeres; pero también de otras ‘otras violencias’ contra niños, contra mayores, contra esta falta de sensibilidad ante accidentes laborales, que apenas ocupan pequeños espacios en nuestros medios. Me parece preocupante, pues significa que nuestra sociedad está ajena a tantos problemas reales y verdaderos de la gente«.

 

 

Éste es el escrito del Arzobispo de Toledo:

CIFRAS PROCUPANTES

La vida lleva consigo riesgos, sin duda, y es normal aceptar esos riesgos. Pero hay riesgos y riesgos. La genta no puede estar expuesta a riesgos grandes constantemente, como si la vida de las personas no valiera apenas. ¿Qué quiero decir? Lo expongo con un ejemplo: escuché hace alguna semana en una emisora de radio que alguien en su trabajo cayó de un andamio o plataforma y perdió la vida en una ciudad de Castilla-La Mancha. El locutor terminó su relato diciendo «El trabajador no llevaba el arnés». Busqué ese día en periódicos alguna crónica de este suceso; lo repetí los siguientes días, y no encontré nada. Quería saber por qué esa persona no llevaba el arnés para protegerse de una caída.
Relaciono este hecho con otras noticias que he visto en los medios en estos días. La razón sin duda está en que precisamente el 28 de abril se ha celebrado el Día Mundial de la Seguridad y Salud en el trabajo. He tenido la suerte además de que la Hermandad Obrera de Acción Católica (HOAC) me ha proporcionado datos que hablan de esa Jornada Mundial; y dicen esto: en 2017 se produjeron en España 503.749 accidentes laborales, 484 de ellos mortales. ¿Y en Castilla-La Mancha? 24.127, con 37 muertos y en Toledo 8.445, 10 de ellos mortales.
Estas son cifras preocupantes, porque muestran un gran problema del que apenas habla la gente: las condiciones de precariedad en el mercado laboral son muy altas, excesivamente altas, diría yo. ¿Y cómo se soluciona esto? ¿Estarán preocupadas nuestras autoridades por estas cifras? No parece, pues apenas se habla de ello, aun cuando de tantas cosas tratan en sus continuas intervenciones. ¿Será que no se cumple bien la Ley de Prevención de Riesgos Laborales? Yo sé que ésta existe. Si es así, será que en muchos casos no se cumplen debidamente las medidas de prevención que debe marcar esa ley. ¿y no es grave que esto ocurra en nuestra sociedad?
En este tiempo, también responsables de la HOAC en Toledo me presentaron a unas cuantas personas de una Asociación de Víctimas de Accidentes Laborales de nuestra Provincia (AVALTO). Personas interesantes, que me indicaron con muchos datos su preocupación y su indignación porque una persona pueda perder la vida por el hecho de ir a trabajar y no prevenir riesgos. No eran fantasías lo que me contaban. Son cantidad los accidentes de trabajo, que pueden evitarse y que quienes tiene en sus manos el poder de evitarlo son los que poseen medios y mejores herramientas para evitarlos. Muchos se producen, además, por sobrecarga de trabajo, por estrés, por las largas jornadas, los bajos salarios, por algunas empresas que subcontratan obras a otras grandes empresas o simplemente empresas más grandes. Sin duda que es posible que los mismos trabajadores sean también responsables porque se confían demasiado y no evitan riesgos. Pero a mí me parece que mayor responsabilidad tienen las empresas que se quieran ahorrar emplear medios para evitar accidentes.
Pero también es sorprendente que esta sociedad nuestra, y sus responsables políticos, nos hablen de problemas una y otra vez que pueden ser importantes, pero tal vez menos importantes que el problema que supone no cumplir esas leyes de prevención de riesgos laborales, y que producen muertes en esa proporción. A mí no me parece serio, sino que lo compararía con una tomadura de pelo, si no fuera porque todo esto denota un cierto desprecio de la vida humana.
Y encima, hay quienes nos hablan de leyes de eutanasia activa, que deberían pagarse con dinero público; o nos hablan a todas horas de ideología de género, para solucionar lo que supone la violencia contra las mujeres, y no busquen otros modos de acabar con esa violencia inaceptable contra las mujeres; pero también de otras «otras violencias» contra niños, contra mayores, contra esta falta de sensibilidad ante accidentes laborales, que apenas ocupan pequeños espacios en nuestros medios. Me parece preocupante, pues significa que nuestra sociedad está ajena a tantos problemas reales y verdaderos de la gente.

 

✠Braulio Rodríguez Plaza
Arzobispo de Toledo y Primado de España

 

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Autor

Jesús Bastante

Escritor, periodista y maratoniano. Es subdirector de Religión Digital.

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