El planteamiento que se hace de la Religión "es bastante conservador, y prima valores como obediencia y sumisión, frente a la cooperación, la solidaridad o la justicia social"
(Jesús Bastante).- «No a la ley Wert». Éste ha sido el grito de distintos colectivos católicos relacionados con la Educación, que esta tarde presentaron en la «parroquia roja» de Entrevías un manifiesto contra la reforma planteada en la LOMCE. «Queremos ofrecer una visión distinta de la Iglesia de la que presentan los medios y la jerarquía», explicó Juan Carlos, uno de los responsables del colectivo de Profesores Cristianos por la Enseñanza Pública, que junto a FEPER, HOAC, JOC, el Foro de Curas, Tender Puentes y San Carlos Borromeo elaboraron este comunicado «en defensa de la educación pública y de los principios universales del Evangelio«.
A través de varios vídeos, en los que se ve a personajes públicos como Adela Cortina, Teresa Berganza, Sami Nair, Vetusta Morla, Federico Mayor Zaragoza o el célebre «Carlitos» de «Cuéntame», defienden la escuela pública como «el futuro de los pueblos». «La Iglesia que dice NO a la LOMCE» es el título del manifiesto, en el que se defiende «la capacidad de la educación para garantizar el desarrollo integral de las personas, así como para promover la construcción de una sociedad integradora y compensadora de las desigualdades sociales, económicas y culturales, acorde con los principios universales del Evangelio».
Para estos colectivos, no es «responsable» el criterio de la Ley que obliga a que la Religión «sea una materia optativa con carácter evaluable para la obtención de títulos y becas», al tiempo que proponen una asignatura sobre el Hecho Religioso «con un currículo no confesional de rigor académico, plural, respetuoso y no vinculado a ninguna confesionalidad ni autoridad religiosa, sino académica».
Respecto a la actitud pública demostrada por la jerarquía eclesiástica ante la Ley Wert, el comunicado pide a los obispos que «en sus manifestaciones públicas sobre la cuestión educativa tengan en cuenta el interés del bien común de la sociedad y la diversidad de opiniones y opciones que en relación con el tema educativo conviven en el seno de la Asamblea Universal de cristianos y cristianas».
Juan Carlos, del Colectivo de Profesores Cristianos por la Enseñanza Pública, apuntó que «queremos aportar una visión distinta de la Iglesia que presentan los medios y la jerarquía».
Por su parte, Fernando, de Ciudadanos para la Educación Pública, apuntó que la llamada «Ley Wert» es «una normativa que parte de la falta de diálogo con la comunidad educativa. No ha sido debatida con los agentes. Es absolutamente mercantilista, y pone a los alumnos al servicio de la Conferencia Episcopal».
Los firmantes denunciaron la modificación de la situación de la clase de Religión, evaluable y puntuable para la nota final en la ESO y Bachillerato, así como «abre la puerta a colegios que segreguen niños y niñas». El planteamiento que se hace de la Religión «es bastante conservador, y prima valores como obediencia y sumisión, frente a la cooperación, la solidaridad o la justicia social». Finalmente, critican la derogación de Educación para la Ciudadanía.
Desde la JOC, se apuntó que «es necesario que la voz de la Iglesia joven también sea escuchada», así como una visión de la educación «más integral», centrado en cuatro aspectos: un sistema educativo al servicio de las personas y no de los mercados; una educación pública y de calidad; un mayor conocimiento de la legislatura; despertar el interés de seguir aprendiendo y creciendo como ciudadanos. «Queremos ser agentes protagonistas en nuestra propia educación.
Desde el Foro Tender Puentes se defendió el derecho de la presencia del hecho religioso en la escuela pública, «desde los católicos a los ateos», pero no desde una perspectiva confesional. En este punto, fueron muy beligerantes con la supresión de Ciudadanía.
Finalmente, desde la HOAC denunciaron que la Ley Wert es una pieza más, «una excusa para hacer un cambio ideológico a raíz de la crisis». En este punto, reclamaron «un cambio legislativo fruto de un diálogo social con todos los colectivos implicados», sin prisa, porque «no es bueno que cada vez que se cambia un gobierno se cambie la ley. Debe haber un sistema educativo estable».
«Los cristianos y cristianas de Madrid tenemos que tener una posición pública respecto a lo que está ocurriendo. Y uno de los temas es el de la educación», apuntaron.