El futuro inmediato del mundo (que ya ha llegado) tanto desde el punto de vista económico como cultural, se llama Pacífico
(Jesús Bastante)- Ángel Galindo es un buen amigo de esta casa. Rector de la Universidad Pontificia de Salamanca, es un firme convencido de que «una universidad debe ser una conciencia crítica y aportar algo a la sociedad»: «No solamente se trata de formar buenos profesionales, sino también de dar a la sociedad aquello que necesita», explica.
La UPSA se destaca, además de por su profesionalidad, por su enseñanza en valores evangélicos (que «nacen de la misma humanidad», como dice Galindo), y por su proyección internacional. «En el mundo de la globalización tenemos que pensar en católico, que significa universal», afirma el rector de la UPSA.
Por último, Ángel Galindo confiesa que cree «que el Papa Francisco va a potenciar elementos que estaban ocultos en la vida de la Iglesia» y que va a hacer sobresalir «la fuerza que el cristianismo tiene».
¿Goza de buena salud la UPSA?
Sí. Ahora vamos a celebrar el VIII Centenario. Tendremos un congreso los días del 3 al 5 de diciembre, sobre la UPSA en la Edad Media. Y en el 2018 se celebrarán los 800 años, que estamos preparando ya con el Ministerio.
¿En un principio la Universidad se llamaba Pontificia?
Sí, así se llamó en sus orígenes, y es un término que nos interesa resaltar, por el perfil humanista que en el siglo XII nació al amparo de las escuelas catedralicias y las escuelas conventuales de los monasterios. En ese contexto nació la universidad en España, donde se ha ido impulsando la ciencia hasta nuestros días. Aunque está claro que ocho siglos de historia son muchos siglos, y eso ha hecho que vayan cambiando la fisonomía y la imagen de los estudios universitarios.
¿Pontificia significa que depende del Pontífice?
Eso es. Quiere decir que la «propiedad intelectual», por decirlo de alguna manera, la cubre la categoría del sumo Pontífice de Roma. En España hay cuatro formas distintas de universidades de inspiración cristiana: Concordatarias (que son Deusto, Navarra, Comillas y la de Salamanca), Pontificias (Deusto, Comillas y la de Salamanca), Católicas (que hay varias), y por último universidades de inspiración cristiana, que dentro de sus estatutos tienen un ideario que se fundamenta en el cristianismo.
¿Qué supone la investigación para la UPSA?
La UPSA siempre ha investigado. Gran parte de las publicaciones que se han aportado a la sociedad a partir del siglo XX tienen su origen en la investigación que se ha hecho en nuestra universidad. A partir de los años 40 hasta después del Concilio, la UPSA y Comillas han sido las dos universidades que han aportado más proyectos de investigación.
Con el Plan Bolonia, al estar nuestra universidad en el marco del resto de universidades laicas, tuvimos que acoplarnos a él rápidamente. Fuimos la primera Facultad de Teología que obtuvo la acreditación de Bolonia, antes incluso de que el Plan Bolonia se estandarizara. Y el ámbito de la investigación ha sido prioritario siempre para nosotros. De hecho, la UPSA posee ocho revistas que se dedican a la investigación. La revista «Derecho Canónico», por ejemplo, es una de las mejores revistas en el mundo del Derecho. «Diálogo Filosófico» también es una revista muy importante, que ha producido mucho en favor de la sociedad y de la Iglesia. Por no entrar también en las revistas de familia, de educación, etc. Los vehículos para transmitir aquello que investigamos normalmente son los libros y las revistas, que son prueba de cómo el profesorado de Salamanca investiga continuamente.
¿Qué hace la Universidad en cuanto a promoción social?
Considero que una universidad debe ser una conciencia crítica de la sociedad. Y al ser una conciencia crítica, se ha de situar en un ámbito democrático, como una institución social más. Y para eso debe tener una función social. Una universidad debe aportar algo a la sociedad, además de formar buenos profesionales. Al mismo tiempo que formar ingenieros o lo que sea, debe contribuir a la cohesión social. Por ello es tan importante que la UPSA tenga buena conexión con el mundo de la política y con el mundo del poder, para poder estar al servicio de la sociedad. También entiendo que es importante tener conexión con el mundo empresarial, porque es otro de los elementos fundamentales por donde van a ir nuestros profesionales, y además porque ellos nos pueden aportar financiación para que podamos seguir adelante. Y es muy importante, por último, la ayuda social a través de lo que llamamos instituciones sociales: el mundo del voluntariado, de las ONG (Cáritas, Cruz Roja…)… aquellas instituciones que, de alguna manera, están en la base de la ayuda social. Esos tres ejes (político, empresarial y social) son necesarios para que la universidad pueda cumplir con sus fines.
¿Es decir, que la universidad también es un motor de construcción de sociedad?
Sí, porque no sólo formamos profesionales, sino que podemos hacer multitud de ofertas sociales. Por ejemplo, la semana pasada una institución empresarial concedió el primer premio de investigación a dos profesores y dos alumnos de la UPSA. Es lo que llamamos el Club de Innovación, que esta vez ha investigado sobre cómo los enfermos de diabetes pueden ellos mismos, a través del teléfono, conocer en qué momento necesitan ayuda médica y en qué momento no. Es decir, que es un proyecto de investigación a través del cual la universidad está aportando a la sociedad. No solamente se trata de formar buenos profesionales, sino también de dar a la sociedad aquello que la sociedad necesita.
La UPSA tiene dos conceptos muy claros: la evangelización de la cultura. ¿Se pueden conjugar los valores cristianos y el Evangelio con el mundo del conocimiento y del saber?
Sí. En la UPSA hay dos horizontes interrelacionados que promueven la evangelización: uno es el que proviene de lo que llamamos las facultades eclesiásticas (Derecho Canónico y Teología) y el otro es la acción evangelizadora que nace y se puede promover desde otras facultades en situaciones que tienen una gran relación con el mundo cristiano y con su finalidad. Es decir, la educación, la formación de maestros, el periodismo, la comunicación… Tenemos cuatro titulaciones distintas en la Facultad de Comunicación, porque creemos que es muy importante evangelizar sabiendo transmitir las noticias, la palabra y el mensaje. Hasta la catequesis se puede aprender desde la Facultad de Comunicación.
Luego tenemos también la evangelización en el mundo de la medicina y de la asistencia, a través de la Facultad de Psicología, Logopedia y Enfermería.
Son tres ámbitos muy significativos, que atañen y se refieren a dimensiones distintas de la evangelización: el mundo de la salud, el mundo de la educación y el mundo de la comunicación.
La evangelización de la cultura es muy amplia. La Iglesia no puede prescindir de ninguna de ellas, y de hecho la Gaudium et Spes dedica un apartado entero a este concepto de evangelización de la cultura. Porque es muy importante inculturalizar a la sociedad todos los elementos de la vida social. Toda la vida social necesita de la evangelización, pero no toda evangelización se debe transmitir de la misma manera. Por eso es importante la evangelización de la cultura. Sobre todo porque no se trata de dar una pastillita evangelizadora a una cultura, y otra a otra, sino de que la cultura sepa descubrir en sí misma las raíces cristianas que tiene de forma natural, y que por otra parte puede recibir de otra forma de pensar y de opinar.
¿Los valores del Evangelio son compatibles con cualquier sociedad y con cualquier momento histórico?
Efectivamente. Los valores evangélicos nacen de la misma humanidad, que como decimos en Teología ha sido creada por Dios.
¿Estáis avanzando mucho en proyección internacional?
Sí, estamos continuamente estableciendo contactos y firmando convenios con otras universidades. La UPSA siempre ha tenido raíces internacionales. En el siglo XVI se lanzó a América Latina y a otros lugares fuera de la Península. Desde esas raíces, ahora lo que estamos haciendo es intentar que la UPSA esté presente en todos aquellos lugares donde se necesitan nuestros productos.
Uno de ellos es América Latina, donde he podido observar que nos recuerdan. No ha sido una labor que hayamos empezado desde cero. De hecho, el Instituto de Pastoral de Madrid, que depende de nuestra Facultad de Teología, siempre ha tenido un gran contacto con diócesis e instituciones de América Latina. Pero hay que abrirse a nuevos tiempos, y observamos que el futuro inmediato del mundo (que ya ha llegado) tanto desde el punto de vista económico como cultural, se llama Pacífico. Y por ello es importante situarse allí. Y América Latina es un lenguaje cercano para nosotros a través del cual situarnos al otro lado del Pacífico (en Japón, Oceanía o China), que es una cultura tan distinta.
Pero esto no quiere decir que vayamos a abandonar Europa, ni ese «otro mundo» a veces olvidado que es la parte oriental europea (la cultura ortodoxa del Este de Europa, que es una cultura muy rica con la que también estamos entrando en relación). Firmaremos pronto un convenio con Rumanía.
Con esto quiero decir que en el mundo de la globalización tenemos que pensar en globalidad, tenemos que pensar en católico (que significa universal), y de esa forma cortar y romper barreras, y entrar en relación con otras culturas. Lo importante es saber lo que tenemos, y ver qué es lo que podemos ofrecer, teniendo en cuenta lo que quieren recibir en otros lugares.
¿Ir a las periferias, como dice Francisco?
Sí, pero no sólo a las periferias de la internacionalización, sino a las periferias que existen en nuestro país y dentro de nuestro entorno. Porque a veces tenemos abandonados niveles muy cercanos a nosotros.
La internacionalización no está solamente en lo territorial o lo geográfico, sino, como decía Pablo VI, en lo cultural. Y hay muchas personas y habitantes que viven con nosotros que no están evangelizados.
Si una universidad tiene como objeto principal la transmisión de la cultura, hay que transmitirla no sólo geográficamente, sino también en todos los niveles de la persona.
¿Dónde estabas cuando se nombró a Francisco?
En Salamanca. Acababa de volver de Roma, porque estuve allí cuando comenzaba el cónclave, y en el momento en el que se dio la noticia me encontraba ya en España. Puedo observar los movimientos que existían en Roma en los días previos al cónclave.
¿Y después? ¿Nuevos tiempos?
La Iglesia está continuamente reformándose, y por eso no podemos hablar de un corte respecto a tiempos anteriores. Ni con este Papa ni con otros. Pero sí que es cierto que hay un nuevo estilo y una nueva forma de gobernar, de regir y de ser pastor. Esto se transmite y se ve claramente a través de gestos y de mensajes que la palabra del nuevo Papa Francisco va comunicando. Cada Papa insiste en unos elementos del Evangelio y sigue siendo Papa. Es decir, que la Iglesia no va a cambiar radicalmente porque tengamos un Papa nuevo, pero este Papa sí va a potenciar elementos que estaban ocultos o semi-ocultos en la vida de la Iglesia, sacando a la luz una fuerza evangelizadora. La fuerza que el cristianismo tiene, y que por avatares de la vida o por las formas de la misma historia no ha sobresalido siempre.
Nosotros estamos viviendo con mucha esperanza esta nueva situación. Yo conocí al Papa cuando era cardenal en Argentina, y más o menos puedo intuir por dónde va a ir.
Nuestra actitud es expectante pero esperanzadora, porque creemos que va a ser una gran aportación a la Iglesia y a la sociedad.
¿Y eso va a extrapolarse a nuestra Iglesia y a nuestra sociedad?
Yo creo que sí. Cada época de la Iglesia local o de las iglesias diocesanas cambia en la medida en que existen cambios estructurales o que tengan que ver con los personajes que dirigen la institución. Pero creo que se aplica lo mismo que antes: no va a existir un cambio radical (porque la Iglesia de base es siempre la misma) pero sí pueden existir cambios de forma para sacar a la luz elementos muy positivos que tiene el Evangelio y que por forma de ser de cada una de las personas que tenemos un cargo en la sociedad quedan ocultas. En mi caso, como rector, pienso que está muy bien que cada cuatro o cada ocho años se cambie, porque de esa manera entran nuevas fuerzas y nuevas formas de regir la universidad.
Algunos titulares:
-Una universidad debe ser una conciencia crítica y aportar algo a la sociedad
-La UPSA debe tener buena conexión con el mundo de la política y con el mundo del poder, para poder estar al servicio de la sociedad
-No solamente se trata de formar buenos profesionales, sino también de dar a la sociedad aquello que necesita
-Los valores evangélicos nacen de la misma humanidad
-El futuro inmediato del mundo (que ya ha llegado) tanto desde el punto de vista económico como cultural, se llama Pacífico
-En el mundo de la globalización tenemos que pensar en católico, que significa universal
-Creo que el Papa Francisco va a potenciar elementos que estaban ocultos en la vida de la Iglesia
-El Papa está potenciando la fuerza que el cristianismo tiene, y que por avatares de la vida o por las formas de la misma historia no ha sobresalido siempre
-Está muy bien que cada cuatro o cada ocho años se cambie de rector, porque de esa manera entran nuevas fuerzas y nuevas formas de regir la universidad