El actual sistema de nombramiento de los obispos es contrario al espíritu de Jesús
Ateniéndose al derecho a réplica y tras las duras acusaciones recibidas, el padre franciscano Joxe Arregui nos hace llegar estas aclaraciones que, a continuación, publicamos, íntegras. El teólogo vasco se ratifica, una vez más en lo dicho y denuncia «una trama oscura que, según todos los indicios, ha existido en el nombramiento de Mons. Munilla y que la «carpeta mafia» no hace sino confirmar».
«No estoy absolutamente seguro de que haya sido correcto el hacer públicos los hechos en cuestión, pero creo la responsabilidad eclesial así lo exigía. Esas declaraciones las hice en el marco de una entrevista larga y distendida de una hora y media, el domingo día 13 de Diciembre, cuando yo ni siquiera estaba enterado del documento que estaba siendo firmado por los cargos pastorales de la diócesis, de los que no formo parte.
Me ratifico en lo dicho, pero no entraré en ninguna polémica, ni responderé a los ataques de que pueda ser objeto. Y no daré ningún nombre: ni el de las personas (en plural) que me dieron a mí la noticia, ni el del sacerdote que encontró la «carpeta mafia» y así lo contó en una reunión de sacerdotes de la diócesis y en otros muchos lugares y en muchas ocasiones, ni el de otro sacerdote que llamó a Mons. Munilla para comunicarle que había sido descubierta esa carpeta, ni el de la persona a la que Munilla encargó borrar la carpeta y que fue sorprendida por el sacerdote.
Por lo demás, la noticia es conocida por muchos en la diócesis, y nadie duda de que es absolutamente cierta.
Yo no acuso a nadie. Yo sólo denuncio una trama oscura que, según todos los indicios, ha existido en el nombramiento de Mons. Munilla y que la «carpeta mafia» no hace sino confirmar. Creo que la comunión eclesial exige mucho respeto mutuo, mucha libertad, mucha transparencia.
El actual sistema de nombramiento de los obispos es contrario al espíritu de Jesús, a la tradición de 1.300 años de historia de la Iglesia, a las exigencias modernas del espíritu democrático, y en definitiva a las condiciones mínimas de la comunión eclesial.
Este sistema denombramiento se presta a toda clase de abusos, como se ve en este caso que, además, reviste una especial gravedad por la forma en que se ha desarrollado y por la manera provocadora en que ha sido impuesto un candidato conocido por su abierta hostilidad contra la línea de acción pastoral vigente en la diócesis, contra el modelo de Iglesia y de presencia eclesial en la sociedad compartido por una amplia mayoría diocesana, e incluso contra la figura misma de Mons. Uriarte, como lo demuestran los numerosos artículos que escribió Munilla en su época de sacerdote en Zumárraga.
Respeto absolutamente a la persona de Mons. Munilla, y en ningún modo pongo en duda su buena voluntad en cuanto ha dicho y hecho. Pero creo también que el Evangelio de Jesús que anunciamos y queremos vivir no nos exime de conflictos como éste, sino que nos llama a todos a ser fraternos y libres a la vez».
Joxe Arregui
