Ha sido un acierto, aunque nadie lo hubiéramos pensado
El obispo de San Sebastián ha completado su equipo. Los nombramientos, tras un comentado proceso para designar a los dos vicarios de la Diócesis, se hicieron público ayer. José Ignacio Munilla anunció la elección de los que serán sus hombres de confianza durante su mandato. Joseba González Zugasti, de carácter más tradicional y cuyo nombre ya se barajaba en los círculos internos, ocupará el cargo de vicario general; y Juan Kruz Mendizabal Irizar, considerado progresista y que fue uno de los firmantes de aquel texto crítico que el 77% de los párrocos guipuzcoanos firmó en diciembre cuando se conoció el nombramiento del prelado, será el nuevo vicario de Pastoral.Lo cuenta Amaia Chico en Diario Vasco.
Este último nombre ha sido la sorpresa para muchos sacerdotes guipuzcoanos, que se alegran de que el obispo haya cumplido con su mensaje en favor de la conciliación y haya elegido a una persona de reconocida trayectoria por su labor con los jóvenes.
Tras el nombramiento celebrado ayer en la sede de Gentza, los dos nuevos vicarios tomarán posesión de su cargo hoy a las 12.00 horas en el Obispado, donde estarán arropados por buena parte de la Diócesis de San Sebastián.
La elección de González y de Mendizabal como colaboradores directos de Munilla se produce tras el proceso consultivo que se puso en marcha en marzo entre todos los sacerdotes, párrocos y seglares con cargo pastoral de la Diócesis, con el envío de 860 cartas. Voces críticas denunciaron hace unos días que dicho procedimiento no ha sido «tan participativo y democrático» como otros anteriores, bajo el obispado de Juan María Uriarte o José María Setién. Fuentes diocesanas aseguraron ayer que sólo una parte «muy pequeña» no ha respondido a la misiva del obispo.
La polémica llegó cuando varias voces, entre ellas las de algunos arciprestes, se quejaron de que se había suprimido el sistema de doble vuelta que funcionaba hasta el momento. Una vez que los párrocos, sacerdotes y seglares con cargo pastoral propusieran a dos candidatos, correspondería únicamente a Munilla la decisión final. No se celebraría una segunda consulta para dejar entre cuatro nombres la elección. En realidad, es competencia exclusiva del obispo el nombramiento de su equipo, pero la tradición, sumada a los recelos, es un peso pesado difícil de modificar.
Con todo, y a pesar de las opiniones críticas, el resultado final no parece disgustar. Es más, algunos párrocos consultados, se muestran gratamente sorprendidos por la elección de Mendizabal, ‘Kakus’ para todos los que le conocen. Se le considera una persona abierta y de la línea más progresista.
Él todavía arcipreste de la zona de Bergara será el encargado de coordinar y dirigir los grupos pastorales y las parroquias. Y aunque los que le conocen, prácticamente toda la Diócesis, son conscientes de que no es un hombre del «estilo de organización y estructuras» que han funcionado hasta ahora, confían en su buen hacer. «Ha sido un acierto, aunque nadie lo hubiéramos pensado», decía ayer algún sacerdote de la vieja escuela ante la designación del «joven» vicario, de 46 años.
Mendizabal, que es bien conocido en San Sebastián sobre todo por su labor con grupos de niños y jóvenes -sustituyó a Xabier Andonegi en la Delegación de la Pastoral de la Juventud- podría ser un buen impulsor de nuevas vocaciones y nuevas adhesiones a la Iglesia en un momento de fuerte desapego religioso, dicen algunos sacerdotes. «Probablemente no era uno de los candidatos más propuestos, porque la mayoría creo que se decantaban por personas de más edad, pero es una sorpresa positiva», aseguran.
Tampoco Joseba González, también joven de 41 años, tiene mala prensa entre sus compañeros -«será bien acogido», dicen algunos-. Dedicado durante 17 años al estudio de la Biblia, se consideraba más cercano a Munilla por su «carácter tradicional, más clásico», incluso en su vestimenta, «ya que siempre viste con el clériman». «Pero no es del Opus Dei», advierten. Algunos le definen como un sacerdote nacionalista moderado. Desde hace años colabora en la parroquia de la Sagrada Familia, en el barrio donostiarra de Amara, donde vive. González será a partir de ahora el número dos de la Diócesis donostiarra, y el encargado de sustituir a Munilla cuando éste tenga que ausentarse.
Las primeras reacciones tras conocerse los nombramientos fueron en la línea que confiaba el Obispado, desde donde aseguraban que ambos sacerdotes son «personas conocidas y respetadas». Parece por tanto que la primera «decisión importante» del obispo más cuestionado ha ido por la dirección de conciliar al clero y de desterrar los recelos iniciales hacia su nombramiento. Algunos reconocen que no esperaban una decisión que contentara a la mayoría y menos que se nombrara a uno de los firmantes de aquel primer texto que revolucionó la Iglesia guipuzcoana.
Una vez completado el equipo ‘directivo’ del obispo Munilla, ahora los ojos estarán puestos en los dos protagonistas, que por ahora han preferido no realizar declaraciones, y en su labor en la curia de la Iglesia en Gipuzkoa.