El vicario de Campo de Criptana, Juan Carlos Camacho, ha definido al fallecido como «muy trabajador, agradable y afable y en Colmenar le querían mucho»
El obispo de Ciudad Real, Antonio Algora, ha considerado que «debemos aceptar como cristianos» la tragedia ferroviaria de Santiago de Compostela. Algora ha hecho estas declaraciones en la parroquia de la Asunción de Campo de Criptana, durante el funeral por José María Romeral, el sacerdote originario del municipio que falleció en el accidente.
Algora ha recordado que «todo sacerdote está dispuesto a entregar su vida por el Señor y a José María le tocó así». A la eucaristía ha asistido el alcalde, Santiago Lucas -Torres, y otros miembros de la Corporación municipal. El viernes se celebró otra misa «corpore in sepulto» en la iglesia de Colmenar Viejo donde estaba destinado, presidida por el obispo auxiliar de Madrid, Juan Antonio Martínez Camino.
El vicario de Campo de Criptana, Juan Carlos Camacho, ha definido al fallecido como «muy trabajador, agradable y afable y en Colmenar le querían mucho». José María Romeral tenía en el municipio ciudadrealeño muchos primos y sobrinos, ya que procede de una familia extensa, de once hermanos. Después del funeral, sus restos han recibido sepultura en el cementerio municipal.
También Marta Jiménez Cámara, la joven de Valdepeñas que pereció en el accidente de Santiago de Compostela, ha sido enterrada en la mañana del sábado. A la misa previa, celebrada a las 10.30 horas en la iglesia de Nuestra Señora de la Asunción de Valdepeñas, asistieron cientos de personas. Marta Jiménez ha recibido una multitud de coronas, ramas y centros de flores. Amigos de la joven, que estudiaba Restauración de Bienes Culturales en la Facultad de Bellas Artes de Valencia, han destacado su «alegría, ganas de vivir, espíritu libre y artístico».
(RD/Agencias)