La decisión se tomó por una mayoría considerable, toda vez que el cardenal Rouco, en un gesto que le honra, no quiso tomar partido de la discusión, entendiendo que se trataba de atribuciones de la nueva cúpula episcopal
(Jesús Bastante).- Los obispos han puesto fecha de caducidad al actual modelo de 13 TV. La cadena, propiedad de la Conferencia Episcopal, no gusta, ni en las formas ni en el fondo, a una mayoría de obispos. Hasta la fecha, la deriva ultraderechista de algunos de sus programas -y de sus informativos, hasta hace pocas fechas dirigidos por Alfonso Merlos– no había sido atajada, en buena medida por la presión del cardenal Rouco. Las cosas han cambiado, y la primera prueba de ello se dio este jueves por la tarde.
A las cuatro y media, tras la comida, los obispos procedieron a continuar con las votaciones para la Comisión Permanente. Antes, se hizo pasar al gerente del Episcopado, Fernando Giménez Barriocanal, para dar cuenta de todo lo relativo a Cope y 13 TV. En ese momento, tanto el nuevo presidente, Ricardo Blázquez -que esa noche había sido invitado al programa estrella de la cadena, «El cascabel»-, como el vicepresidente, Carlos Osoro, plantearon la necesidad de acometer «cambios profundos» en la cadena.
La reunión, reservada, se prolongó durante más de dos horas, lo que provocó que las votaciones del jueves, y la rueda de prensa de este viernes, se retrasarán notablemente. En la misma, fueron muchos los obispos -entre ellos algunos catalanes, y varios miembros del Comité Ejecutivo- los que cuestionaron la línea ideológica de buena parte de los programas estrella y tertulianos de 13 TV.
Incluso, se llegó a plantear la idoneidad de que Blázquez hiciera su primera aparición en una televisión en un programa que ha suscitado críticas profundas por su tratamiento de la inmigración, la falta de pluralidad y la agresividad de sus participantes.
Finalmente, se decidió que el presidente acudiera a El Cascabel, no sin antes asegurarse de que la entrevista fuera «larga, profunda y respetuosa», y que los tertulianos serían lo más plurales que la nómina de colaboradores del programa permitiera.
Al tiempo, una mayoría de obispos decidió «tomar cartas» en el asunto de forma directa, toda vez que el trabajo que lleva a cabo la comisión de control de 13 tv -dirigida por el todavía jefe de prensa del Episcopado, Isidro Catela, y de la que forman parte, entre otros, José Luis Restán o Juan Pedro Ortuño– se está limitando a un mínimo «lavado de cara» y al recorte de presupuesto.
Aunque 13 tv pierde dinero -se habla de más de seis millones anuales, sin contar el alquiler de frecuencias-, el principal problema no es económico, sino ideológico. Los obispos no tienen intención de perder la propiedad de la cadena -aunque se ha planteado una ampliación de capital-, pues entienden que es un medio de comunicación y evangelización necesario, pero sí quieren que se abra a la nueva realidad, más plural y abierta, que ha traído a la Iglesia Francisco. «Vamos a tratar de reconducir la línea de la cadena», confirmó a RD un prelado.
Hubo pues, tirón de orejas a los actuales responsables de la cadena, y un deseo de un «cambio radical» en el modo de presentarse ante los espectadores, que pretenden sea una realidad de cara a la próxima temporada. «Debemos ser capaces de que 13TV se convierta en una televisión para todos, y que refleje una visión del Evangelio amable y propositiva, muy al estilo de las puertas abiertas de las que hablaba el miércoles Ricardo Blázquez», subrayaba a RD un obispo, presente en la reunión del jueves.
Hay que decir que la decisión se tomó por una mayoría considerable, toda vez que el cardenal Rouco, en un gesto que le honra, no quiso tomar partido de la discusión, entendiendo que se trataba de atribuciones de la nueva cúpula episcopal. Una muestra de talante que podría convertirse en pauta de conducta de aquí a su marcha definitiva. Mientras siga siendo arzobispo de Madrid, Rouco Varela tiene, por estatutos, un puesto en el Ejecutivo.
El momento actual, además, es el más idóneo para acometer cambios. El «efecto Francisco», un año después, ha dejado de ser considerado como «anecdótico» por algunos obispos que comprobaron, durante la visita Ad Limina, que Francisco estaba «muy bien informado» de todo lo que sucedía en España.
Y la Iglesia de nuestro país, hoy, no quiere perder el tren -probablemente el último- que le acerque a una sociedad, a un pueblo, al que tiene que servir y donde tiene que proponer las líneas maestras del Evangelio, y de la que se había alejado en los últimos años. Y hacerlo con amabilidad y alegría.
Y es que, como señaló este mediodía el portavoz Gil Tamayo, los obispos «unidos, y todos con el Papa». También en los medios de comunicación. El futuro de 13 TV sólo tendrá sentido con esta filosofía.