El rostro del humilde suele ser un rostro radiante de alegría, mientras que el rostro del soberbio suele ser de tristeza y amargura
El obispo de San Sebastián, José Ignacio Munilla, apuesta por la «unidad» de la Iglesia e invita a «dejar en segundo plano nuestras ideologías e incluso nuestras propias particularidades» y subrayar «más lo que nos une que lo que nos separa».
Munilla ha participado este sábado en la tradicional marcha al Santuario de Arantzazu desde Oñati que este año se ha celebrado bajo el lema ‘La alegría del Evangelio’.
En Arantzazu el obispo de San Sebastián ha dirigido un acto de oración en el que ha abogado por «abrazar el camino de la humildad», dejando a un lado «triunfalismos, halagos y autocomplacencias» y abrazando «incomprensiones, oprobios y menosprecios».
Además, ha defendido la «alegría», porque «el rostro del humilde suele ser un rostro radiante de alegría, mientras que el rostro del soberbio suele ser de tristeza y amargura«. «La tristeza no es solo un estado psicológico, sino que encierra también la tentación», ha señalado.
Munilla ha afirmado que «la verdadera alegría es la que sabe relativizar nuestra preocupación, y hasta reírse de nuestros agobios«. Por otro lado, ha afirmado que «el éxito de la nueva evangelización» requiere «el reto de la unidad» de la Iglesia y «dejar en un segundo plano nuestras ideologías e incluso nuestras propias particularidades, subrayando más lo que nos une que lo que nos separa». (RD/EP)