Un católico divorciado que vuelve a casarse es "infiel a la unión que asumió ante Dios de una vez para siempre"
El obispo de Ávila, Jesús García Burillo, ha afirmado hoy que un católico divorciado que vuelve a casarse es «infiel a la unión que asumió ante Dios de una vez para siempre» y que su nueva vida es «moralmente irregular», aunque la tarea de la Iglesia es hacer que se sientan «aceptados» y que «no están fuera».
En una nota de prensa difundida hoy, el prelado abulense ha lamentado el «drama humano» que supone el divorcio, aunque ha recalcado que la «nueva vida» del católico divorciado que vuelve a casarse es «moralmente irregular», pues su nuevo estado «contradice lo que el matrimonio significa», como es «la unión entre Cristo y la Iglesia».
Por esta razón, los divorciados que se han vuelto a casar «no pueden comulgar», ha incidido, para añadir que este hecho, además, provoca la aparición de «un nuevo sufrimiento», derivado de las «consecuencias que el pecado lleva consigo».
No obstante, el obispo de Ávila ha recordado las palabras del papa emérito, Benedicto XVI, quien instó a las parroquias a desempeñar la «gran tarea» de «hacer realmente lo posible» para que los divorciados vueltos a casar «sientan que son amados y aceptados» y que «no están fuera, aunque no puedan recibir la absolución y la Eucaristía».
A juicio de García Burillo, ésta es la doctrina del Evangelio, que la Iglesia ha expuesto «reiteradamente» y que debe estar presente, para «evitar ciertas confusiones o malentendidos» que, en su opinión, «se están difundiendo sin mucho rigor a través de los medios de comunicación».
En este sentido, ha considerado «importante» que los católicos sepan exponer esta cuestión y «más importante aún», ha subrayado, es mostrar a los jóvenes que existe un amor «sin límites» y que «es posible una entrega total para toda la vida«. (RD/Agencias)