Asegura que el Vaticano tiene la voluntad de buscar una solución porque es "consciente de que sería un escándalo y no estaría en la línea del Papa Francisco el hecho de poner mordazas a los que están trabajando por los más pobres"
El ministro del Interior, Jorge Fernández Díaz, ha negado hoy que el Gobierno presione al Vaticano para que sor Lucía Caram se aparte de la política, una acusación «triste y lamentable», al tiempo que cree que da la impresión de que el «nacional-catolicismo se quiere volver a implantar».
«Tengo cosas mejores que hacer que responder a una mujer que no da ejemplo con estas actitudes de lo que tendría que hacer con su vocación», ha rebatido en declaraciones a los medios durante una visita a Castelldefels (Barcelona), gobernado por el PP.
El ministro ha censurado que los partidos políticos «se presten a este juego» y ha reclamado separar Iglesia y Estado porque mezclar a ambas instituciones «forma parte de otros momentos históricos» como el «cesaropapismo». «Da la impresión de que el nacional-catolicismo se quiere volver a implementar, pero en este caso el nacional-catolicismo catalán», ha espetado.
Por su parte, la líder del PPC, Alícia Sánchez Camacho, también ha criticado la actitud de la monja Lucía Caram: «Todo el mundo se tendría que dedicar a lo suyo, y si alguien se quiere dedicar a la política bienvenido sea, pero lo que no se puede hacer es mezclar política y religión».
La popular ha afirmado que la irrupción de sor Lucía Caram en la campaña de CiU demuestra que Mas y el alcaldable de Barcelona, Xavier Trias, ya no pueden dar «incentivos» a sus votantes por sí solos.
Por su parte, Sor Lucía ha asegurado que el Gobierno central ha ejercido presiones para silenciarla, y ha avisado de que «no lo van a conseguir» y que seguirá haciendo trabajo social para defender a los desprotegidos y a los necesitados.
En declaraciones a los periodistas tras participar en un debate con el presidente de la Generalitat y de CiU, Artur Mas, y el alcalde de Barcelona y candidato a la reelección, Xavier Trias, Caram ha explicado que se reunió en el Vaticano para explicar «presiones de aquí y algún llamado al silencio desde la nunciatura» de España.
«Mi postura ha incomodado y los teléfonos han sonado; se me ha llamado la atención» desde algunos entornos del PP, ha asegurado, y ha insistido en que seguirá combatiendo las injusticias sociales aunque moleste, en sus palabras.
Ha señalado que ha participado en el acto «no para hacer campaña, sino porque era una oportunidad para explicar públicamente los compromisos que hay y también para exigir», y ha insistido en que no hace política ni militancia partidista.
Cree que «molesta que sea una monja que está trabajando al lado de la gente y que tenga incontinencia verbal», y ha avisado de que no le debe nada a nadie, sino que sólo se debe a la gente.
Asegura que el Vaticano tiene la voluntad de buscar una solución porque es «consciente de que sería un escándalo y no estaría en la línea del Papa Francisco el hecho de poner mordazas a los que están trabajando por los más pobres».
«El nuncio invitaba a que me hicieran callar; puede decir lo que quiera, pero uno tiene que ser fiel a su propia conciencia, y tiene que haber justicia para todos», ha zanjado.
(RD/Agencias)