Profundo dolor por unos delitos que han supuesto un daño enormemente lesivo tanto en personas adultas, como especialmente en menores de edad según la legislación eclesial, por parte de quien ha manchado la santidad de su sacerdocio y ha roto la comunión
(J. B./Ep).- El Papa Francisco ha impuesto la pena de la expulsión del estado clerical al sacerdote Jesús María Menéndez Suárez, conocido popularmente como el ‘Padre Chus’, de manera «irrevocable e inapelable» por los delitos de los que se le acusaba, entre los que se encontraban la grave conducta inmoral contra el sexto mandamiento del Decálogo y el abuso de menores según las normas canónicas vigentes (menos de 18 años).
Quedan suspendidas todas sus funciones sacerdotales y se le dispensa del celibato, después de una investigación que se llevó a cabo con el máximo sigilo y que ha permitido que otras víctimas pudieran salir a la luz y denunciar el caso. Aunque la diócesis no ha querido añadir nada, RD está en condiciones de asegurar que en breve el caso pasará a la fiscalía de menores.
El Arzobispado de Oviedo, en un comunicado, ha señalado que desde el primer momento en el que tuvo conocimiento de las acusaciones que pesaban sobre el citado sacerdote, procedió a realizar una investigación previa hablando con él; luego, entrevistando a las víctimas, a los testigos y recogiendo las pruebas correspondientes.
Las conclusiones fueron enviadas a la Congregación para la Doctrina de la fe, la cual el 24 de junio de 2014, en vista de la gravedad de los hechos denunciados autorizó la imposición de las oportunas medidas cautelares según el c. 1722 del Código Derecho Canónico para asegurar la buena marcha de la investigación y del proceso administrativo penal a tenor de los cánones 1717 y 1720.
Tanto la Archidiócesis de Oviedo como la Congregación para la Doctrina de la fe han creado todas las condiciones jurídicas materiales y procesales para que se pudiera comprobar la veracidad de los hechos alegados, se salvaguardaran en todo momento el derecho de protección de las víctimas, el derecho de defensa del sacerdote acusado y su presunción de inocencia hasta el dictamen final de la Santa Sede.
Por este motivo, en la Archidiócesis «se ha llevado con absoluta discreción todo el proceso, sin emitir antes ninguna nota ni hacer ningún tipo de declaración en los medios de comunicación». Evaluadas las actas del proceso por el Congreso particular de la Congregación para la Doctrina de la fe el 20 de febrero de 2015, ésta emitió un decreto por el que se solicitaba al Santo Padre la aplicación del art. 21,2,2 del Motu Proprio Sacramentorum Sanctitatis tutela. En consecuencia, el 6 de marzo de 2015, el Papa ha decretado la expulsión del estado clerical de Jesús María Menéndez Suárez, lo cual ya le ha sido ya notificado.
La comunidad diocesana manifiesta «su profundo dolor por unos delitos que han supuesto un daño enormemente lesivo tanto en personas adultas, como especialmente en menores de edad según la legislación eclesial, por parte de quien ha manchado la santidad de su sacerdocio y ha roto la comunión. Mientras pide perdón por la conducta reprobable de este sacerdote, expresa su voluntad de seguir velando por el bien de todos los fieles, especialmente los menores y más desprotegidos».
Por su parte, el padre Chus ha negado tener problemas con la Justicia, y ha remarcado que no tiene ninguna notificación de la Santa Sede al respecto. Ha atribuido estas acusaciones directamente al arzobispo de Oviedo, Jesús Sanz Montes, quien, según él, quiso expulsarle del clero «desde el primer día». «Yo no tengo problemas con la Justicia, los tengo con él», ha recalcado, para después adelantar que le denunciará ante los tribunales por estas graves acusaciones.
«Son cosas personales de él», ha reiterado sobre el arzobispo, al tiempo que ha afirmado que no está a los dictados del arzobispado. Asimismo, ha apuntado que si le acusan de esos delitos, deberían de haber ido a los tribunales.
En cuanto al sexto mandamiento, ‘no cometerás actos impuros’, ha matizado que «pecar no es ningún delito», para después añadir: «Todos somos pecadores». Es por ello que ha incidido en que los delitos se resuelven en la Justicia y los pecados en el confesionario.
El sacerdote, en trámites ya para la jubilación y tras perder el juicio, en instancias superiores, contra la Consejería de Educación y el Arzobispado contra su despido como profesor de Religión, ha dicho no tener preocupación por que le expulsen. «De Roma viene, lo que a Roma va«, ha advertido a Sanz Montes. Eso sí, ha recalcado que la Santa Sede no le preguntó nada acerca de estas acusaciones.
«Tanta obsesión tiene de echarme que se va de la lengua«, ha indicado sobre el arzobispo, con el que reconoce que la última vez que habló fue hace dos años. «Él que diga lo que quiera, que tendrá respuesta en los tribunales», ha señalado.
Este es el comunicado del Arzobispado de Oviedo:
El Arzobispado de Oviedo hace pública a través de la Delegación episcopal de Medios de Comunicación social la siguiente nota informativa: El Papa Francisco ha impuesto la pena de la expulsión del estado clerical al sacerdote Jesús María Menéndez Suárez, conocido popularmente como el “Padre Chus”, de manera irrevocable e inapelable por los delitos de los que se le acusaba, entre los que se encontraban la grave conducta inmoral contra el sexto mandamiento del Decálogo y el abuso de menores según las normas canónicas vigentes (menos de 18 años). Quedan suspendidas todas sus funciones sacerdotales y se le dispensa del celibato.
El Arzobispado de Oviedo, desde el primer momento en el que tuvo conocimiento de las acusaciones que pesaban sobre el citado sacerdote, procedió a realizar una investigación previa hablando con él; luego, entrevistando a las víctimas, a los testigos y recogiendo las pruebas correspondientes. Las conclusiones fueron enviadas a la Congregación para la Doctrina de la fe, la cual el 24 de junio de 2014, en vista de la gravedad de los hechos denunciados autorizó la imposición de las oportunas medidas cautelares según el c. 1722 del Código Derecho Canónico para asegurar la buena marcha de la investigación y del proceso administrativo penal a tenor de los cánones 1717 y 1720.
Tanto la Archidiócesis de Oviedo como la Congregación para la Doctrina de la fe han creado todas las condiciones jurídicas materiales y procesales para que, con absoluta imparcialidad y equidad, se pudiera comprobar la veracidad de los hechos alegados, se salvaguardaran en todo momento el derecho de protección de las víctimas, el derecho de defensa del sacerdote acusado y su presunción de inocencia hasta el dictamen final de la Santa Sede. Por este motivo, en la Archidiócesis se ha llevado con absoluta discreción todo el proceso, sin emitir antes ninguna nota ni hacer ningún tipo de declaración en los medios de comunicación.
Evaluadas las actas del proceso por el Congreso particular de la Congregación para la Doctrina de la fe el 20 de febrero de 2015, ésta emitió un decreto por el que se solicitaba al Santo Padre la aplicación del art. 21§2, 2 del Motu Proprio Sacramentorum Sanctitatis tutela. En consecuencia, el 6 de marzo de 2015, el Papa ha decretado la expulsión del estado clerical de Jesús María Menéndez Suárez, lo cual ya le ha sido ya notificado.
La comunidad diocesana manifiesta su profundo dolor por unos delitos que han supuesto un daño enormemente lesivo tanto en personas adultas, como especialmente en menores de edad según la legislación eclesial, por parte de quien ha manchado la santidad de su sacerdocio y ha roto la comunión. Mientras pide perdón por la conducta reprobable de este sacerdote, expresa su voluntad de seguir velando por el bien de todos los fieles, especialmente los menores y más desprotegidos.
(RD/Ep)