Govern: "Su nombramiento nos indica que el Pontífice ha tomado una opción con criterios estrictamente eclesiales y no se ha llevado dejar por presiones políticas o religiosas, y eso es bueno"
El futuro arzobispo de Barcelona, Juan José Omella -tomará posesión el 26 de diciembre- ha asegurado este viernes que «siempre» ha estado muy cerca de las preocupaciones, inquietudes y forma de ser de los catalanes. «Yo soy solo un pastor, que va a pastorear la Iglesia, no soy un político que vaya a hacer política«, contestó, sobre la situación política.
En una rueda de prensa tras su nombramiento oficial por parte del Vaticano, ha recordado que su lugar de nacimiento, Cretas (Teruel) está a tan solo tres kilómetros de Cataluña, y ha dicho asumir con ilusión, tendiendo la mano y escuchando a todos la exigencia de ser arzobispo.
El obispo, que habla catalán, ha destacado que en «la Iglesia hay gente de todos los pensamientos y condiciones«, y ha mostrado su pena por dejar la Diócesis de Calahorra y La Calzada-Logroño, donde ha permanecido desde 2004.
Ha subrayado la ilusión asumir el reto de estar al frente del Arzobispado: «Una exigencia nueva que acepto con alegría, pero también con mucho miedo porque no es lo mismo trabajar en una Diócesis como La Rioja, de talla humana y donde conoces a todos, que en una ciudad tan grande como Barcelona».
Ha defendido: «Tender la mano, escuchar y luego, ya iremos viendo lo que ha hecho la Iglesia de Cataluña en estos años y lo que se puede ir haciendo, seguro que se puede aprender de muchas cosas buenas que tienen los catalanes».
«Entiendo a quienes hubieran preferido un obispo catalán, pero luego, llegas al sitio, te vas relacionando y el roce hace el amor», ha subrayado el obispo.
Sobre el litigio de las obras de La Franja depositadas en el Museo Diocesano de Lleida, ha recordado que, cuando fue obispo de Barbastro-Monzón, ha dicho: «Yo ya decía que quería que se cumpliera la sentencia, y ahora, como arzobispo de Barcelona, sigo queriendo igual que se cumpla».
«La Iglesia no tiene una varita mágica por si sola, pero juntos podemos hacer mucho. Hay que hacer una gran pacto contra la pobreza entre todos, por el bien común», ha afirmado.
Omella ha asegurado que «la Iglesia en España está en la línea de una mayor transparencia» porque «el dinero es de los donantes y tiene que ser para lo que es, no queremos hacer chanchullos en esto, estamos en esa línea y el papa está en esa línea». Preguntado por el sacerdote riojano Lucio Ángel Vallejo Balda, detenido en Roma al ser acusado de sustracción y divulgación de noticias y documentos reservados.
Omella, quien conoce a Vallejo Balda y a quien le produce «dolor» este caso, ha insistido en esa línea de transparencia de la Iglesia y ha recordado que lo primero que hizo el papa Francisco fue nombrar una comisión de las cuentas.
Ha añadido que no conoce lo que ha pasado en el caso en el que está implicado Vallejo Balda, incardinado en la Diócesis de Astorga, pero, según lo que ha visto a través de los medios de comunicación, «parece que va más bien en la línea que el papa decía de ‘yo quiero transparencia y quiero que esto se clarifique’, todavía es más a favor».
«Pues bendito sea Dios, aunque todas esas cosas estén con esas movidas, esos tsunamis de cosas turbias, pero, al final, van en la línea de aclarar y de dignificar más la labor que la Iglesia hace también con el dinero, lo cual nos tiene que alegrar que sea así, de mayor transparencia», ha apostillado.
Se ha referido a que Vallejo Balda es «un cura riojano y siempre nos produce dolor este tipo de cosas, tanto la pederastia como un tema de infiltración, te deja un poco confuso y dolorido».
«Muchas veces digo, pero Dios permite todas estas cosas, y en un sociedad tan grande, donde somos tantos millones los católicos, tantos curas y tantos obispos, siempre puede haber un accidente y alguna cosa mal hecha, como pasa en todas las asociaciones y todas las cosas», ha indicado.
«Más ya no puedo decir, porque no conozco exactamente lo que ha pasado, vamos a ver, pero, de momento, te deja consternado y dolorido y más si te toca de cerca», porque le conoce y muchas de las veces que él ha ido a Roma se han visto, saludado y hablado. También ha pensado en la familia y en la madre de este sacerdote, lo que le duele, a lo que ha añadido que «el tiempo lo solucionará y ya está».
Por su parte, el arzobispo de Barcelona, Lluís Martínez Sistach, ha valorado «muy positivamente» a su sucesor, del que ha destacado su «inquietud social». El cardenal ha afirmado que Omella «llega con el deseo de servir a todos los diocesanos y compartir su vida».
El arzobispo de Barcelona ha dicho que «confía plenamente» en el criterio del Pontífice al elegir a su sucesor, ya que «el Papa quiere a la Iglesia».Al referirse a su vida después del arzobispado, Sistach ha dicho que se retirará a vivir a la residencia sacerdotal Sant Josep Oriol de Barcelona, donde proseguirá su tarea en diversos dicasterios romanos, además de continuar siendo cardenal, ya que ése es un cargo vitalicio.
El actual arzobispo ha valorado sus casi 12 años en el cargo y se ha mostrado satisfecho con el esfuerzo realizado por la diócesis por «dar a conocer a Jesús y su evangelio a todos quienes no lo conocen».
Además, ha destacado una intensificación por parte de la diócesis de las muestras de «solidaridad con los más necesitados» a raíz de las consecuencias graves de la crisis económica.
Sistach ha subrayado el objetivo común de «compartir la dimensión social de la evangelización» que han compartido los cuatro planes pastorales implantados, y ha calificado como «magnífica» la tarea social llevada a cabo por Cáritas Diocesana, y también la labor de las Cáritas parroquiales, que se han preocupado por «cada una de las personas y por cada uno de los barrios» que los han necesitado.
El director general de Asuntos Religiosos de la Generalitat, Enric Vendrell, ha afirmado que el gobierno catalán «respeta» la decisión del Vaticano de nombrar a Juan José Omella como nuevo arzobispo de Barcelona y ha valorado positivamente su nombramiento por ser una persona «que está en la línea del papa Francisco«.
En declaraciones a Efe, Vendrell se ha preguntado «¿por qué cuesta tanto que nombren a obispos catalanes?«, pero ha reconocido que el nombre de Omella, nacido en Cretas (Teruel), ya sonaba para ocupar el cargo desde hace un año, y ha destacado que se trata de una persona de carácter «abierto», que tiene el catalán como lengua materna «y no se le conoce un discurso españolista».
Tras reiterar que el Govern «respeta absolutamente cualquier decisión que tome la Iglesia católica o cualquier otra religión en su funcionamiento interno», Vendrell ha reconocido que no le ha «sorprendido» el nombre de Omella, «porque ya circulaba desde hace un año y es una persona muy bien relacionada con el papa Francisco».
«Su nombramiento nos indica que el Pontífice ha tomado una opción con criterios estrictamente eclesiales y no se ha llevado dejar por presiones políticas o religiosas, y eso es bueno», ha dicho Vendrell.
Enric Vendrell ha reconocido que ve que «el talante del nuevo obispo es bueno por el momento que vive la sociedad catalana y occidental y por los retos que tenemos planteados».
«Traer a casa a alguien con el carácter de apertura del Papa, que se abre a afrontar tantas cuestiones, eso tiene una buena valoración», ha añadido Vendrell, que también ha destacado que «lo seguro que no es Omella es una figura con un marcado discurso españolista, eso no se le conoce».
Según Vendrell, el perfil de monseñor Omella «está en clara sintonía con el Papa y no es un obispo beligerante contra la causa catalana, y además habla catalán, por lo que, en resumen, es positivo».
Todos los obispos de Cataluña, agrupados en la Conferencia Episcopal Tarraconense, han dado la «bienvenida» al nuevo arzobispo de Barcelona, Juan José Omella, desde la reunión ordinaria que hoy mantienen en Tiana (Barcelona).
«Los obispos dan la bienvenida al nuevo arzobispo metropolitano de Barcelona y piden por los frutos pastorales de su ministerio episcopal, deseando que, con la ayuda de Dios, aportará su larga experiencia en el trabajo sinodal de todas las Diócesis con sede en Cataluña», han expresado los diez obispos de Cataluña en un comunicado.
Los obispos de Cataluña también han «agradecido la larga entrega pastoral» del
cardenal Lluís Martínez Sistach en las diversas diócesis donde ha servido (Tortosa, Tarragona y Barcelona), «así como en el conjunto de la Conferencia Episcopal Tarraconense y la Iglesia universal».
El padre Abad de Montserat, Josep M. Soler, expresa «la acogida fraterna y cordial de Montserrat» a Monseñor Juan José Omella. La primera reacción del Abad, que está en Brasil, en el Monasterio de Santa Rosa, donde participa en la reunión de abades visitadores de la Congregación Sublacense-Cassinesa, a la que pertenece Montserrat, ha sido «de reconocimiento» hacia el cardenal Lluís Martínez Sistach, «por su servicio a la archidiócesis durante estos años, recordando con gozo su devoción a la Virgen de Montserrat».
«Como que desde 2004 el Monasterio de Montserrat pertenece a la Provincia eclesiástica de Barcelona y su arzobispo es nuestro metropolitano -ha dicho el Abad desde Brasil-, quiero expresar, en nombre propio y de la Comunidad, el acogimiento fraterno de Montserrat a Monseñor Omella».
«He podido tener contacto con él varias veces, tanto en Montserrat mismo como en otros lugares, y, por tanto, no me es una persona desconocida», añadió. «Hemos podido hablar en catalán y hemos compartido los anhelos y las esperanzas de la Iglesia y de la sociedad. Lo recibimos con la esperanza de que, con la ayuda de Dios y de todas las personas de buena voluntad, podrá llevar a cabo en el seno de la Conferencia Episcopal Tarraconense, la tarea de pastor solícito que le ha sido encomendada, asimilando y estimando la lengua, la cultura, la personalidad de nuestra tierra y, por encima de todo, las personas que forman, a partir de ahora, su nueva comunidad eclesial «, concluyó el Josep M. Soler desde el Monasterio de Santa Rosa de Brasil, donde permanecerá hasta el próximo 14 de noviembre.
Finalmente, el obispo de Barbastro-Monzón, Ángel Pérez, ha confiado en que el nombramiento del aragonés Juan José Omella como arzobispo de Barcelona pueda favorecer la resolución del conflicto de los bienes de arte sacro aragoneses retenidos en Cataluña.
Juan José Omella ha sido hasta ahora obispo de Calahorra y La Calzada-Logroño y fue entre 1999 y 2004 obispo de la diócesis de Barbastro-Monzón, un cargo que compaginó durante un tiempo con el de administrador apostólico de las diócesis de Jaca y de Huesca.
Es uno de los grandes defensores del retorno de los bienes aragoneses que se encuentran en depósito en Cataluña y, por ello, Ángel Pérez ha considerado que su nombramiento favorecerá la resolución de esta situación.
El obispo de Barbastro-Monzón ha dicho que «creo que favorecerá porque él siempre ha entendido cuál es el nudo que hay que deshacer, porque no hay otro, espero que sirva para deshacer el entuerto de una vez por todas».
(RD/Agencias)