Dos hombres que se quieren y vienen a San Antón a pedir mi bendición la tienen. No les caso por la Iglesia porque la ley no lo permite
(Pablo Rodríguez, en El Mundo).- Sindicalista del amor, mariposa contra la venganza y mensajero de la esperanza. Soñador de chaqueta y pantalón y mirada de paz. El Mundo entrevista, en el formato de preguntas cortas y respuestas breves, al Padre Ángel. El presidente y fundador de Mensajeros de la Paz quiere seguir volando, como una mariposa, para que «brille más la solidaridad que la maldad».
A usted que algunos le llaman «el cura sindicalista» confiésese aquí sin Dios mediante. ¿Qué hay de verdad?
Si sindicalista es defender a los pobres y a los obreros, está bien dicho, pero si tiene algo que ver con la política, entonces eso no.
Mineros, refugiados, desahuciados, homosexuales, pobres… El próximo puesto de defensor del pueblo casi se lo podrían dar a usted
Con el de «defensor de un niño» me vale. Somos muchos y algunos privilegiados porque nos gusta. Aunque ojalá no hubiera que defender a nadie.
Si su documental se titula ‘La fuerza de la mariposa’, ¿hasta dónde puede llegar su aleteo?
Mientras uno tenga vida y pueda volar, seguirá volando. A veces se necesitan muletas. Yo seguiría en silla de ruedas si fuera necesario.
Según lo que usted cuenta, los niños no pierden la sonrisa. ¿Se siente como uno de ellos o con los años se le ha quedado en algún lugar?
Me siento como un niño. Tengo más motivos para sonreír que para estar triste. Brilla más la solidaridad que la maldad.
Explique usted eso que dice siempre de poner santos de camiseta y pantalón en las iglesias porque igual hay que cambiarles el vestuario.
Hay pocos santos seglares porque no los conocemos bien. En mi despacho tengo varios. Yo conozco muchos de camisa y pantalón. Hasta de plató.
¿Con qué sueña el Padre Ángel a los 78 años en su reino de Dios?
Sueño con que estas iglesias abiertas 24 horas se multipliquen. El mundo de ahora es mejor que hace 200 años y el que dejaremos será mejor.
¿Cómo es eso de tener tantos hijos repartidos por el mundo sin tener oportunidad de ser padre biológico?
Todos tenemos instinto maternal sin ser mujer. Yo quiero a mis niños como una madre. Cuando un crío te dice te quiero mucho, todo se te cae.
Ahora le toca responderse a usted mismo: «¿Es posible acabar con el odio y con la venganza?»
Es posible y lo estamos haciendo. Hay algunos enfermos de odio, pero hay que apartarlos, nunca tratar de matarlos.
Usted como refugiado legal en Madrid y mensajero de paz, dígales algo a esos sirios que tratan de llegar a la tierra prometida
Qué difícil es dar consejos. Yo solo les miro a los ojos y les digo que hay esperanza. A lo mejor quitando al que está, pero sin matar y sin bombas.
¿A quién le tenemos que poner una penitencia en este mundo para hacerlo un poco mejor, padre?
A algunos dirigentes y que la cumplan de verdad. Aunque no podemos meter ahí todos los políticos porque algunos hacen el bien.
¿Le ha preguntado al final a Carmena si le va a dejar rezar por Pedro Zerolo en la Plaza de Colón o lo ha tenido que hacer en casa?
Me deja rezar donde quiera. Fue una expresión para decir que no hace falta una iglesia para ello. Se tomó como un acto político que no fue.
Si Sor Lucía Caram es del Barça y de Messi, a usted, como asturiano, le toca vestirse de corto por el Sporting o por el Oviedo
Soy del Oviedo y del Real Madrid. Lo que pasa que yo no paso la prueba del nueve de los asturianos que quieren que pierda siempre el rival.
¿Dios es como la Iglesia de San Antón, abierto las 24 horas del día? ¿o en algún momento también desconecta?
Dios está abierto las 24 horas. Los que desconectamos somos algunos obispos o curas, que pensamos que tenemos un horario de oficina y no es así.
«Recuerda que Dios le da las batallas más difíciles a sus mejores soldados…»
A mí no me ha dado ninguna batalla porque yo no tengo enemigos. Vivo en una balsa de aceite.
«Grupo de personas emparentadas entre sí que viven juntas». Familia, según la RAE. ¿Y según el Padre Ángel?
Dos hombres que se quieren y vienen a San Antón a pedir mi bendición la tienen. No les caso por la Iglesia porque la ley no lo permite.