Los tres benedictinos fueron asesinados en 1936
El papa Francisco ha firmado el decreto que reconoce el martirio de cuatro españoles asesinados al inicio de la Guerra Civil española (1936-1939) y por lo que serán proclamados beatos. La oficina de prensa del Vaticano comunicó hoy la aprobación del «decreto de martirio» de José Antón Gómez y otros tres compañeros benedictinos de la diócesis de Madrid y asesinados en 1936.
José Antón Gómez, prior de Montserrat de Madrid, nació en Hacinas (Burgos) en 1878 y fue asesinado el 25 de septiembre de 1936.
Los otros tres son el subprior Antolín Pablos Villanueva, que tras un periodo en el que fue misionero en México y expulsado durante la revolución regresó a Madrid y fue asesinado el 8 de noviembre de 1936; Rafael Alcocer Martínez, asesinado el 5 de octubre de 1936, y Luis Vidaurrázaga González, que fue fusilado el 31 de diciembre de 1936.
Entre los decretos que firmó el papa ayer y que fueron comunicados hoy también figura el reconocimiento de las «virtudes heroicas», primer paso en el proceso de beatificación, de la laica María Montserrat Grases García, perteneciente a la prelatura de la Santa Cruz y del Opus Dei y que nació en Barcelona el 10 de julio de 1941 y murió el 26 de marzo de 1959.
Venerable del Opus Dei
Montserrat Grases nació en Barcelona en 1941, en una familia católica. Estudió en la Escuela Profesional de la Mujer. En el segundo curso (1957-1958), ya enferma, no pudo asistir a las clases con regularidad, pero igualmente avanzó en los estudios. Aprendió a hacer plegaria en la capilla del centro juvenil Llar de Barcelona. El 25 de diciembre de 1957 solicitó su ingreso como numeraria en el Opus Dei para santificarse en la vida ordinaria.
Tras una caída desafortunada mientras estaba de excursión con un grupo de amigas en La Molina, en junio de 1958, le fue diagnosticada sarcoma de Ewing en la pierna, una enfermedad incurable y mortal a corto plazo.