El principal gasto va al alojamiento (29%), la alimentación (21%), el transporte (19%) y gastos de ocio (17%), y no directamente en el templo, museo o catedral en sí, que únicamente suponen el 5%
(Jesús Bastante).- El patrimonio cultural de la Iglesia supone el 2,17% del Producto Interior Bruto (PIB) en nuestro país. Esta es una de las principales conclusiones del informe sobre «Impacto socioeconómico de la actividad cultural de la Iglesia» elaborado por la consultora KPMG y que hoy ha sido presentado en la madrileña iglesia de San Jerónimo.
El templo que acogió la coronación de don Juan Carlos sirvió para que los obispos españoles, en plena campaña del IRPF, reivindicaran el valor de sus 3.168 enclaves culturales (entre catedrales, templos de interés cultural o museos), que generan 22.620 millones de euros de impacto, y alrededor de 225.300 empleos.
A ello se suma el impacto de las fiestas y celebraciones religiosas, entre las que el estudio destaca El Rocío, la Semana Santa de Sevilla o de Málaga, el Día del Pilar de Zaragoza o Santa Tecla. En total, 40 fiestas religiosas de interés turístico internacional, con 592.000 visitantes de media y 153 euros de gasto medio/visitante; y 85 fiestas de interés turístico nacional, con 84.000 visitantes y 218 euros de gasto/visitante, que suponen alrededor de 135.000 empleos vinculados directa o indirectamente, con un impacto de unos 9.900 millones de euros, lo que supone el 0,95% del PIB. Según los datos, sólo con las procesiones y romerías las arcas públicas se llevan 703 millones de euros.
En total, el informe sostiene que, entre el patrimonio cultural y las fiestas religiosas, la Iglesia «aporta» al Estado más de 32.000 millones de euros (el 3,1 del PIB) y 360.000 empleos. Los datos, con todo, son algo engañosos, sobre todo si se tiene en cuenta que el principal gasto va al alojamiento (29%), la alimentación (21%), el transporte (19%) y gastos de ocio (17%), y no directamente en el templo, museo o catedral en sí, que únicamente suponen el 5%.
En cuanto a los empleos, los autores del informe reconocieron que se trata de algo similar. «La persona que trabaja no estaría empleada si no existiera el templo o la actividad», fue la respuesta de José Luis Blasco, de KPMG.
Por su parte, Ester Martín, responsable de la Memoria de Actividades, apuntó que el patrimonio de la Iglesia «repercute en el bien común de la sociedad. La Iglesia se hace presente a través del cuidado de estos bienes». Blasco añadió que estos datos «son la punta del iceberg», pues no se tienen en cuenta las visitas a todas las iglesias, templos y conventos españoles (decenas de miles), sino únicamente los 3.168 catalogados de interés cultural.
La «parte del león» de los ingresos, no obstante, la tienen los 18 bienes declarados Patrimonio de la Humanidad por la Unesco, entre los que se encuentran, entre otros, la mezquita-catedral de Córdoba. El impacto total de estos lugares alcanza los 398 millones de euros, mientras que las 78 catedrales suponen 142 millones de euros, y los 3.072 bienes restantes apenas alcanzan 1,4 millones.
El informe se presenta con motivo de la campaña «Xtantos», que la Conferencia Episcopal lanza cada año, coincidiendo con la Declaración de la Renta. «El patrimonio de la Iglesia es una fuente de riqueza y valor para toda la sociedad», apunta la nota episcopal. «Un patrimonio que anualmente supone para la Iglesia un gran esfuerzo económico en rehabilitación, conservación y mantenimiento ordinario».