Quiero que todos vivamos y trabajemos por el bien común y por la unión de esta tierra y de esta gente
(Cameron Doody).- «Un testimonio de creyentes desanimados, pocos y viejos… pero ¡qué es esto!». En un especial de Navidad que se emitirá en TV3 la mañana de este domingo, el arzobispo de Barcelona, Juan José Omella, señala que quiere un «cambio de actitudes» en la Iglesia que pasa por más «acogida, alegría y esperanza».
En una entrevista especial en el programa «Signes dels temps» en TV3, Omella reflexiona sobre la situación de la archidiócesis al cabo de su primer año al mando, el panorama político actual de Cataluña y también sobre el significado de la Navidad.
«El nacimiento de Dios que se hace Hombre nos da un mensaje precioso», dice el prelado acerca de la trascendencia de estas fiestas. «Nosotros los cristianos tenemos que aprender a hacer lo mismo, a rebajarnos y estar cerca de los más pobres, los más humildes y compartir con sencillez y pobreza nuestra vida».
Sobre los retos que ha tenido que afrontar desde su traslado de Calhorra y La Calzada-Logroño en noviembre del año pasado, señala que «no debemos escondernos ante los problemas. Hace falta diálogo y afrontar los problemas con valentía, humildad y comunión». A pesar de las crisis, sus 13 meses en Barcelona han derivado, dice, en «un balance muy positivo, de alegría». «Estoy contento de la acogida», afirma el prelado. «He visto que es una Iglesia pequeña, los cristianos han disminuido en número, pero muy viva y eso me da mucha esperanza».
En lo que concierne a los cambios específicos que desearía implementar en la iglesia barcelonesa, Omella afirma que el escaso tiempo que lleva allí le ha impedido hasta ahora hacer un análisis exhaustivo, si bien es cierto que tiene algunas ideas. «En un año, en una diócesis tan grande no puedo hacer un balance definitivo», recuerda. «Para hacer cambios hay que ir poco a poco. No hay que correr mucho, pero ya los haré. Ya voy viendo algunas cosas».
En concreto, señala, el reto «no es cuestión de cambiar si dos parroquias o una, es cuestión de unas actitudes nuevas. Una de las actitudes que tenemos que cambiar mucho es primero más acogida a todos. Segunda, la alegría. Un testimonio de creyentes desanimados, pocos y viejos … pero ¡qué es esto! Y tercero, una gran esperanza». La nueva energía que echa en falta en la Iglesia local que la que vendría de «creer que la gente de hoy, incluso si no son creyentes, también tiene hambre de Dios».
Por último, el arzobispo de Barcelona se ha referido en su entrevista con TV3 al momento político actual en Cataluña, días después de que se ofreciera en Ràdio Estel para ser «constructor de puentes» entre políticos y la sociedad.
«Lo que haga el pueblo, por donde quiera que vaya el pueblo, irá la Iglesia», afirma, respecto del diálogo sobre las relaciones entre Cataluña y España. «Yo caminaré con la gente, pero quiero que todos vivamos y trabajemos por el bien común y por la unión de esta tierra y de esta gente», porque al fin y al cabo, «políticos y religiosos estamos al servicio de todos ellos».