Que todos tengan la garantía de que lo que significa su ministerio y responsabilidad va a ser custodiado. Que todos actúen con libertad, que haya espacio para que las diversas voces sean escuchadas
(Jesús Bastante).- Un «moderador». Así quiso presentarse Ricardo Blázquez en la breve rueda de prensa que siguió a su reelección como presidente de la Conferencia Episcopal. Al estilo de lo que ya adelantó en su discurso de este lunes, y como se confirma con la composición definitiva del Comité Ejecutivo (Blázquez, Cañizares, Osoro, Omella, Sanz y Jiménez Zamora), todo parece indicar que la presidencia de la Casa de la Iglesia apostará por la descentralización y la sinodalidad.
«Que todos tengan la garantía de que lo que significa su ministerio y responsabilidad va a ser custodiado. Que todos actúen con libertad, que haya espacio para que las diversas voces sean escuchadas», aclaró el presidente de la CEE, quien explicó brevemente sus sentimientos tras ser elegido.
Las votaciones para el Comité Ejecutivo están siendo las siguientes: además de Blázquez (presidente), Cañizares (vicepresidente), José María Gil Tamayo (secretario general) y Osoro (miembro nato), los obispos han elegido, en primera votación, a Juan José Omella (47 votos, por 20 de Jesús Sanz y 4 de Jiménez Zamora); en segunda votación, a Jesús Sanz (42 votos, con 32 para Ginés García Beltrán y 2 para Fidel Herráez). El último elegido fue Vicente Jiménez Zamora, en primera votación, con 54 votos (21 para Fidel Herráez; 1 a Ginés García; 1 Jesús Catalá; y 1 a Juan Antonio Reig).
«Inmediatamente después de la comunicación de la elección realizada, hice un saludo a los obispos diciendo fundamentalmente: en primer lugar, quería agradecer la confianza que reiteradamente, es una segunda elección como presidente, me otorgaban. Sinceramente, les dije, me puse a su disposición«, apuntó el cardenal de Valladolid.
«Tengan la seguridad de que estoy a disposición de la CEE como conjunto, también de los obispos y en la medida en que quepa, de la Iglesia en España«, continuó Blázquez, quien proclamó su «comunión, siempre», con el Papa Francisco.
Su disponibilidad es total. También, su capacidad para repartir juego. «Hacia afuera, sé que represento a la CEE en la comunicación con Roma y con otras instituciones del Gobierno central». Pero, hacia adentro, «la expresión es la de moderar, hacer que las instituciones de la CEE funcionen correctamente. De esta forma entiendo yo lo que significa moderar la CEE».
«Estamos todos unidos por la ordenación episcopal, y en la misma misión, la misión que hemos recibido nos desborda», concluyó Blázquez su saludo.
Preguntado por el hecho de que se repita el tándem de 2005-2008 (Blázquez-Cañizares), el arzobispo de Valladolid dijo esperar que sea «una convivencia muy normal y grata para todos», y quiso desmentir que la doble designación suponga una vuelta atrás de los obispos españoles. «Ninguno de nosotros tenemos el reloj parado. Estoy seguro que vuestros relojes, el de Cañizares y el mío, marcan la misma hora. El que los obispos hayan de nuevo confiado la responsabilidad a los que ya lo hicimos hace unos años, no significa vuelta atrás, sino una segunda vez«, indicó.
Sobre la petición de supresión de la misa en La2, Blázquez señaló abogó por «respetar la libertad religiosa, porque es un derecho fundamental», y recordó cómo en su discurso de ayer incidió en que «los derechos humanos forman una especie de constelación. Todos forman parte de esta constelación, y ningún derecho puede ser separado y convertido en absoluto, tienen que convivir unos y otros». Blázquez no quiso responder a una pregunta sobre el hipotético referéndum, al considerarlo «una cuestión de carácter más político».