"¿Si te ofrecemos 50.000 euros te puedes sentir ofendido?", asegura FJL que le sugirió, durante una entrevista en 2015, el vicario judicial de la diócesis, Julio Alonso
(Jesús Bastante).- FJL, el exseminarista de La Bañeza que denunció al ex párroco de Tábara por abusos sexuales, ha reclamado al Tribunal Eclesiástico de Astorga un escrito de reclamación por indemnización de daños y perjuicios, que valora en 300.000 euros.
Según informa La Opinión de Zamora, y ha confirmado la víctima a RD, durante las conversaciones con responsables del Obispado, se le ofreció «una reparación justa» a los daños causados por José Manuel Ramos Gordon. «¿Si te ofrecemos 50.000 euros te puedes sentir ofendido?», asegura FJL que le sugirió, durante una entrevista en 2015, el vicario judicial de la diócesis, Julio Alonso.
Un año después de la sentencia eclesiástica que condenó a José Manuel Ramos Gordón por un delito de pederastia, el denunciante (cuya denuncia llegó a manos del Papa) no ha sentido satisfechas, ni en lo tocante al resarcimiento moral ni respecto a una compensación económica que, asegura, se le ofreció. FJL indica, en su escrito, que dicha cuantía atiende «a la duración de los abusos, su intensidad, la ausencia de medida alguna para evitar su continuidad y las secuelas psicológicas, a día de hoy no superadas en su totalidad».
Para la víctima, esta reclamación se basa en las conversaciones mantenidas con el vicario judicial de Astorga, quien aseguró a la víctima, el 13 de julio de 2015, que «haremos lo que se pueda y esperemos que el proceso sea satisfactorio. Son dos procedimientos distintos, uno es el de castigar ese delito y otro es el de reparar el daño. Y sobre eso nos tienes que decir algo; cómo puede la iglesia asumir, aunque sea subsidiariamente, o cómo tiene que asumir José Manuel el daño que os ha causado. Iremos viéndolo».
En el escrito dirigido personalmente a Julio Alonso, FJL. alude a la «grabación que he reescuchado, donde usted mismo reconoce que es necesario y legalmente posible, establecer indemnizaciones reparadoras de los daños sufridos».
En otro encuentro de la víctima con el vicario judicial y el notario del caso, el 5 de octubre de 2015, Alonso le pregunta cómo puede ser «restablecida la justicia, castigado el imputado y reparados los daños causados». El denunciante respondió: «El castigo del imputado, el que la Iglesia determine. Y en cuanto a la reparación del daño, creo que es irreparable el daño causado. Creo que se puede resarcir como se ha hecho en casos similares en otras partes del mundo».
El exseminarista sostiene cómo el vicario llegó a plantear una negociación, en presencia del notario del caso. «¿Si te ofrecemos 50.000 euros te puedes sentir ofendido?». F. L. preguntó si le estaban hablando de una reparación económica. «Los dos me contestaron, «claro». Y ante la insistencia de que pusiera una cantidad, acordamos que la indemnización fuera como en otras partes del mundo«.
Sin embargo, para la diócesis, el «caso Ramos Gordón» está «cerrado», y es inviable una compensación económica para la víctima. Así lo aseguró el propio obispo, Juan Antonio Menéndez, quien insistió en que «no hay una sentencia ni civil ni canónica que respalde esto y legalmente no puedo hacerlo, sería por mi parte una malversación de fondos«.
Pese a que la Iglesia da por zanjado el caso con la jubilación del sacerdote, la víctima no lo considera cerrado. El exseminarista, que con su denuncia en una carta personal al papa Francisco consiguió la apertura del proceso y que Ramos Gordón admitiera los abusos sexuales y fuera apartado como párroco, está dispuesto a llegar «hasta el final» para conseguir un «resarcimiento de los daños y perjuicios causados», de los que «debe responder» el autor de los mismos, José Manuel Ramos Gordón, «y como responsable civil directa su iglesia, ese Obispado que ha consentido los abusos sin adoptar medida alguna de protección».