Para sor Josefina, vicepostuladora de la causa, resulta importante resaltar que los nuevos mártires "no son víctimas de la guerra, porque la persecución religiosa empezó mucho antes", y destacó cómo "ellos y ellas fueron felices"
(Jesús Bastante).- 11 de noviembre, palacio de Vistalegre. 11 de la mañana. El cardenal Amato, en representación de Francisco, beatificará a 60 nuevos mártires de la Familia Vicenciana. 40 misioneros paúles (24 sacerdotes, 16 hermanos), dos Hijas de la Caridad, 13 laicos y 5 sacerdotes diocesanos, asesinados en Vallecas, Hortaleza, Paracuellos, Figueras, Barcelona, Valencia, Totana o Cartagena.
Hombres y mujeres «testigos y profetas de fe y caridad», como reza el lema de la beatificación. «Fueron hombres y mujeres cuya única defensa fue el amor y el perdón, que son armas no suficientemente utilizadas por la sociedad de hoy», afirmó, durante la presentación, el cardenal de Madrid, Carlos Osoro.
«Saber perdonar es una palabra que parece que hemos aparcado del diccionario», subrayó el arzobispo de la capital, quien agradeció que «esto sea noticia, que los mártires vicencianos hayan imitado a Cristo».
Para el cardenal Osoro, «educar en el perdón, y no en el odio, es esencial. Revolver lo malo no construye, sino que nos destruye». Perdonar y construir, ejes de la vida cristiana. «¿Eso es hacer el tonto? Hay gente que dice que sí. Para un cristiano, es lo que tiene que hacer. Provocar esto en la sociedad, donde a veces queremos vivir de lo feo…. No es ocultar, no estoy hablando de ocultar lo que ha pasado, pero sí de vivir otros aspectos fundamentales: el perdón, la reconciliación, la búsqueda de la verdad….»
«Son las razones de Dios, y en eso los cristianos tenemos que buscar esas razones. A veces, por desgracia, tenemos miembros de la Iglesia que buscan remover la porquería, y la porquería no da belleza. La porquería busca separar», denunció Osoro.
Por su parte, Jesús María González, provincial de los vicencianos, animó a todos a «festejar este don del martirio de estos hombres y mujeres, que fueron capaces de dar la vida por Jesucristo», y hacerlo especialmente en este año, en que la familia vicenciana celebra su Año Jubilar por los 400 años de su fundación.
Para sor Josefina, vicepostuladora de la causa, resulta importante resaltar que los nuevos mártires «no son víctimas de la guerra, porque la persecución religiosa empezó mucho antes«, y destacó cómo «ellos y ellas fueron felices». Así, leyó algunos ejemplos de despedidas de religiosos y laicos, como aquel padre de familia que dijo a su mujer, en el último momento, «no estés triste, que a mí me ha elegido Dios».
«Parece de ciencia ficción, pero es la verdad», declaró la religiosa, quien incidió en que «todos los mártires han perdonado, y murieron con una paz impresionante».
Finalmente, Jaime, nieto de José Garví Calvente, caballero de la Milagrosa muerto en Aravaca en 1936, reveló que «nuestros padres nos educaron para que no hubiera rencor u odio a los perseguidores», lo que llevó a que no supieran, hasta muy tarde, todos los detalles del martirio de su abuelo. «Mis padres no hablaban mucho de ello, pero sí nos pedían rezar por los perseguidores». Hoy, los mártires rezan por todos desde el Cielo, aseguraron.
Web: www.beatificacionmartiresvicencianos.org