“La independencia está declarada claramente”, afirma el párroco de Calella

Cinto Busquet: “Como sacerdote, hoy me considero ciudadano de la república catalana”

"Defender la unidad de España es más que legítimo, y defender la independencia de Cataluña también"

Cinto Busquet: “Como sacerdote, hoy me considero ciudadano de la república catalana”
Cinto Busquet

No nos vamos. Nos quedamos donde estamos, se trata de rehacer unos lazos políticos, porque los culturales, los afectivos, históricos, familiares... no hay quien los rompa

(Jesús Bastante).- «Como sacerdote, hoy me considero ciudadano de la república catalana«. Así de tajante responde Cinto Busquet. El párroco de Calella, uno de los promotores de la carta de los 400 sacerdotes al Papa reclamando el derecho de autodeterminación, asegura que «la independencia está declarada claramente», y lamenta la «incomprensión» que, en su opinión, tiene el Estado respecto a Cataluña.

«Veo con gran tristeza la respuesta de la vicepresidenta», argumenta el religioso, adscrito a la diócesis de Girona (pertenece al movimiento de los Focolares), este mediodía, momentos después de la contestación del Gobierno a la ‘respuesta’ de Carles Puigdemont al requerimiento sobre si el pasado martes declaró o no la independencia.

Cinto Busquet lo tiene claro: «Sí». «¿Quieres una respuesta más contundente?», bromea. Y a fe que es tajante en muchos de sus planteamientos. Como a la hora de denunciar la «incomprensión de la realidad catalana» por parte del Estado español. «Ya no se trata -la independencia- de una cuestión de unos pocos, y muchos menos de que Puigdemont, o antes Mas, hayan perdido el juicio, sino de un movimiento muy potente, de una mayoría de la sociedad catalana. No han entendido que hay un problema político».

 


«Ya no hay salida», proclama, aunque advierte que Rajoy «podría abrir la negociación perfectamente si fuera un político de altura». Para Cinto Busquet, «no nos vamos. Nos quedamos donde estamos, se trata de rehacer unos lazos políticos, porque los culturales, los afectivos, históricos, familiares… no hay quien los rompa».

«No se trata de romper con España, como erróneamente se ha dicho desde cierto sector independentista, ni con los españoles, sino de rehacer el marco político, para hacerlo más consecuente y coherente», añade el sacerdote. «No hay marcha atrás. Los más de dos millones de personas que votamos (el 1-O), de acuerdo que no había garantías, pero lo de un voto, una persona, está más que garantizado. Los resultados del referéndum son innegables».

¿Y qué sucederá si esa independencia que Busquet asegura se ha declarado se lleva a término? ¿Quedará Cataluña aislada? «No contemplo ese escenario: no somos Kosovo, ni otros estados recientes, sino que somos un pequeño país con una gran capital, con un peso económico impresionante, en el conjunto de la economía europea. Europa no permitirá que se cree el caos». Sin embargo, la respuesta de las autoridades europeas parece indicar lo contrario. «A Europa le interesaría que no se constituyera el Estado catalán, por el efecto dominó. Pero son casos contados en este momento, ni siquiera en España».

¿Cómo vivió la jornada del pasado martes? «Lo seguí por TV, pero tengo amigos que estaban (en el paseo Lluis Companys), y lo sintieron como un momento para abrir las botellas de champán«. Después, la suspensión. «Eso es lo que se tenía que hacer. Como lo de hoy -la respuesta a Rajoy-, no se puede responder con un sí o con un no». Aunque, en lo que al sacerdote compete, «la independencia está claramente declarada».

¿Cuál ha sido, o debe ser, el papel de la Iglesia catalana, hoy y en el futuro? «Yo distingo entre los obispos, a los que les toca la discreción, y el resto», apunto Cinto Busquet. Recordando la carta de los 400 religiosos, añade que «en ningún momento nos poníamos en confrontación con los obispos, sino en comunión con lo que habían dicho implícitamente». Eso sí, intenta aclarar que «una cosa era nuestra posición como ciudadanos, y otra como sacerdotes, o referentes morales».

 

 

Una carta, la de los religiosos, que no ha obtenido respuesta por parte de Francisco. «Sabemos que llegó directamente al Papa, se la hicimos llegar por un canal no oficial, y por tanto eso ya es suficiente».

En su opinión, «defender la unidad de España es más que legítimo, y defender la independencia política de Cataluña también. Lo que no es legítimo, vista la situación actual de la sociedad catalana, es negar la posibilidad de que esto se decida a través de un referéndum». «Negar que Cataluña es un pueblo va en contra del Evangelio«, asegura.

«¿Mi opinión personal? Visto el resultado del referéndum, vista la actuación policial represiva, que el Estado no pidió disculpas, visto el tono del jefe de Estado, visto que no hay posibilidad de diálogo, lo único que queda es decir que esto se ha hecho y se tiene que aceptar. Hemos de buscar la convivencia y la armonía como primer valor. En este momento nos encontramos que el Estado español niega sistemáticamente el derecho de los que nunca nos hemos sentido españoles», añade.

Para el sacerdote, el de la Cataluña independiente es «un proyecto cultural, respetuoso, incluyente. Quien quiera tener la doble nacionalidad la podrá tener». Frente a ello, «otro proyecto que silencia, al menos a los dos millones que votamos ‘Sí’, un proyecto excluyente». «Mi posición, como sacerdote, es que me considero ciudadano de la república catalana, y trabajo para hacer entender a gente de mi parroquia, distinguir, aclarar conceptos… y esto a veces se malentiende».

«En este momento, se trata de hacer pedagogía, pero ya en el escenario siguiente, el de la independencia. O el de la ‘interdependencia’, que es un concepto mucho mejor», apunta Busquet. En su opinión, hoy, la Iglesia ha de ser «mediadora, conciliadora, defensora y profética de los grandes valores», y (esto también trata de aplicárselo a sí mismo), «ir ayudando a hacer bajar el souflé en las dos partes».

Porque, como sacerdote, «no tenemos enemigos, tenemos hermanos con los que nos entendemos más o menos. Esta es mi primera misión como sacerdote. Trabajar para la concordia basada en el respeto y en el fomento de los valores compartido».

¿Tuvo problemas con el obispo de Girona? Cinto Busquet lo niega, asegurando que «hemos aclarado» cualquier incidente. Sí reconoce que, «cuando hubo esa avalancha de entrevistas, llegué a decir que si cerraban los colegios, dejaría las parroquias. No quise decir eso, y me sugirió que estaba hablando demasiado, así que derivé algunas entrevistas a otros compañeros».

Por eso, y aunque sostiene que «no veo futuro en el proyecto de España», admite que, llegado el caso extremo en que hubiera de elegir entre el sacerdocio o la defensa de la independencia, «yo soy sacerdote y es mi primera responsabilidad, ya habría otros que defenderían la causa de Cataluña. No creo que llegue el caso, pero si llega, no soy político, soy sacerdote».

 

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Autor

Jesús Bastante

Escritor, periodista y maratoniano. Es subdirector de Religión Digital.

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