Ocho cardenales y una treintena de obispos participan en la beatificación de los mártires vicencianos

Osoro: «Los mártires dan la vida por los demás, trabajan por construir, nunca destruyen»

"Hay momentos en la historia en que nos cuesta perdonar... hay que incorporar el perdón a nuestra agenda"

Osoro: "Los mártires dan la vida por los demás, trabajan por construir, nunca destruyen"
Presentación de los actos de la beatificación de los 60 mártires vicencianos RD

Por mi causa. No es la muerte violenta, sino la causa por la que muere es por lo que se hace un mártir. Son testigos de la fe

(Jesús Bastante).- El próximo 11 de noviembre, el palacio de Vistalegre de Madrid acogerá la beatificación de 60 mártires de la familia vicenciana. Un acto que estará presidido por el cardenal Amato y que contará con la presencia de otros siete purpurados. Entre ellos, el arzobispo de Madrid, Carlos Osoro, quien esta mañana ha acogido la presentación de los actos de la beatificación, señalando el ejemplo de los mártires como «personas que siempre dan la vida por los demás, que trabajan por construir, que nunca destruyen«.

«Estos 60 mártires dieron la vida por amor a los demás, porque tenían amigos, porque para ellos todos eran hermanos, y murieron amando», recalcó el cardenal de Madrid, quien destacó la «plena actualidad» de su ejemplo en la España de hoy. Sin querer aludir a la situación actual en Cataluña, Osoro recaló que «un santo lleva la vida de Dios, y Dios siempre es actual. Y, en estos momentos, Dios tiene mucha actualidad».

«Los mártires son actuales, y debemos preguntarnos, ¿por qué dieron la vida? ¿por qué aceptaron así? ¿Quién los inspira? ¿Por qué están de parte de todos los hombres? De su vida y manera de actuar, naturalmente tenemos que aprender. Y todo santo es actual», señaló Osoro, quien añadió que «hay momentos en la historia en que nos cuesta perdonar, y es necesario incorporar a la historia esta agenda. Un mártir es el que ha dado la vida no por una idea, sino por una persona, que es Cristo. Siempre da vida a los demás, nunca destruye, nunca divide… eso tiene actualidad».

 

 

En su intervención inicial, Osoro llamó a recordar el ejemplo de los mártires, que murieron perdonando y «con la sabiduría que da y siembra paz». En este sentido, los nuevos beatos «arriesgaron todo por mantener, dar, regalar la vida misma de Jesucristo», para «construir un mundo sin rencores, sin envidias, sino dando la vida incluso por aquel que no comprende aquello por lo que yo vivo. Esto es lo vamos a celebrar».

Para Osoro, la beatificación del próximo 11 de noviembre «es una muestra de las armas con las que los humanos tenemos que vivir, que nunca son las del odio o las del rencor, las del ‘y tú más’, sino las de Jesucristo: el amor, un amor que siempre genera vida, no muerte».

Por su parte, Jesús Mª González Antón, visitador de la provincia SVP España, subrayó que la beatificación «es un acontecimiento de la Iglesia en España y de la Iglesia universal». Así, serán ocho los cardenales (junto a Amato y Osoro, Omella, Sistach, Blázquez, Rouco, Cañizares y Amigo), y una treintena de obispos. Un evento que suma a los actos del 400 aniversario del carisma vicenciano, y que tiene una perspectiva global, pues «los mártires están diseminados por toda la geografía de España».

 

 

Para Sor Ángeles Infante, de la comisión de preparación de los actos, «los mártires nos enseñan que el gran tesoro es la vida, y la entregan por amor, a semejanza de Cristo, configurándose con Cristo. Y eso no se entiende sin la fe». Porque «la beatificación es una fiesta de la fe. Sin fe es imposible entender que haya mártires que han pedido la fe y el don del martirio».

«Fueron capaces de perdonar antes de morir», añadió la religiosa, quien también destacó que se trata de «una fiesta preciosa del perdón». Señalando el ejemplo de un joven congregante mariano, José Ardil, quien antes de morir, desde la prisión de Cartagena, escribía pidiendo «que se den satisfechos con nuestra sangre, y no quieran más. Que nuestra sangre no sea estéril».

O el ejemplo de Modesto Allepuz Vera, quien pidió a su esposa que no llorara «porque a mí me llama Dios y me voy con él. Estad serenos y tranquilos que m voy a la morada del cielo con Dios. Allí os cuidaré a todos».

La religiosa comparó la vida de los nuevos mártires con el mensaje de las Bienaventuranzas, señalando que la octava «Bienaventurados cuando os persigan por mi causa», porque engloba a todas. «Por mi causa. No es la muerte violenta, sino la causa por la que muere es por lo que se hace un mártir», apuntó. «Son testigos de la fe»; concluyó.

 

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Autor

Jesús Bastante

Escritor, periodista y maratoniano. Es subdirector de Religión Digital.

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