Buen día a todos, a los seis meses de la Navidad de Dios, buen verano a los del norte, buen invierno a los del sur... con la pregunta de Juan Bautista, profeta del fuego: — ¿Cómo está la llama de tu vida, como cuidas tu fuego?
(Xabier Pikaza).- Para muchos de nosotros, herederos de un cristianismo de tradiciones populares y herencias religiosas multiformes, al menos en el hemisferio norte, la fiesta de San Juan está vinculada al fuego y al agua: al sol ardiente (solsticio de verano), al agua del nuevo nacimiento (del bautismo).
Ésta ha sido la fiesta del fuego en plazas y colinas, en puentes y cruces de caminos. A la llama del Dios/Fuego se “cogía» el trébole la noche de San Juan, se quemaban las culebras, se purificaban los campos y, de esa forma, se evocaba el paso de la vida.
Todo se quema y todo arde, para que todo pueda renacer: principados, señoríos;obispados, ministerios; palacios y chozas… Todo ardía, porque todo es fuego en Dios (incendio cósmico, noche de amor) del que nacemos, al que vamos.
Así dice el Antiguo Testamento que Dios es fuego que todo lo consume, dando vida a todo, como aparece en la imagen, reinterpretada conforme conforme al valor simbólico de las letras que significan números y que se aplican al misterio de Dios, fuego que consume y no consume, que purifica y no destruye, sino todo lo contrario: Amor puro.
He tratado del fuego, y en especial de la llama de Dios varias veces en este portal, desde la perspectiva del fuego/cielo (Dios es fuego creador) y del infierno/fuego (que es signo de la destrucción en la que el mismo ser humano puede destruirse, quemarse a sí mismo en el agujero negro de la destrucción.
Hoy es ocasión para volver al tema, en la magia de la noche de San Juan, retomando motivos de la Biblia, con los versos famosos del fuego en San Juan de la Cruz, tanto al final del Cántico Espiritual como en todo su libro final: Llama de Amor viva.
A todos los que tengan tiempo para el tema ofrezco esta reflexión sobre el fuego en la Biblia y en San Juan de la Cruz de la Cruz, con ocasión de la fiesta del profeta de Dios, del fuego del juicio y del agua del bautismo, Juan Bautista.
Buen día a todos, a los seis meses de la Navidad de Dios, buen verano a los del norte, buen invierno a los del sur… con la pregunta de Juan Bautista, profeta del fuego:
— ¿Cómo está la llama de tu vida, como cuidas tu fuego?
— Esta es la pregunta de Pablo, apóstol de la llama de Cristo: ¡Aviva tu llama, aviva tu corazón!. Buen día de amor, día de San Juan.
Para leer el artículo completo, pinche aquí.