"Siguen pendientes de la propia imagen"

El obispo de Sant Feliu carga contra los políticos «que llegan al partido para vivir de él

Pide a los representantes públicos "sinceridad, fidelidad y honradez"

El obispo de Sant Feliu carga contra los políticos "que llegan al partido para vivir de él
El obispo de Sant Feliu, Agustí Cortés Agencias

Estas actitudes no solo son reprobables personalmente, sino que perjudican gravemente la misma acción política

El obispo de Sant Feliu de Llobregat (Barcelona), Agustí Cortés, arremete en su carta dominical contra los políticos que «aparecen» en los partidos para aprovecharse de ellos y vivir de ellos, «de las ventajas, sobre todo económicas, que proporciona el poder político».

Bajo el título de «Oraciones políticas», Cortés afirma que «para nadie es un secreto que el político se ve inmerso en una constante lucha por el poder y que el primer escenario de esa lucha es su propio partido».

Para el obispo, «el partido es necesario y su presencia constituye, tanto una gran ayuda, como un condicionante decisivo», y reconoce que, a pesar de que los compañeros de partido son «los de casa», porque con ellos se comparten ideas, decisiones, trabajos y estrategias, «también se corre el riesgo tener que asumir sus errores y sus límites de todo tipo».

Tras defender que los políticos han de ser «íntegros», el prelado denuncia que «en los aledaños del poder, por ejemplo en un partido político, suelen aparecer personajes, que viven obsesionados por el grado en que ellos mismos participan de él».

«Miran de reojo a sus compañeros, hablan de unos y de otros, bien o mal según convenga, no tienen inconveniente en usar la mentira o las medias verdades», les define.

«Siguen pendientes de la propia imagen, están muy atentos a que se les reconozcan sus méritos, y van detrás de informaciones que les acrediten como poseedores de conocimientos solo accesibles a unos pocos elegidos», continua el obispo de Sant Feliu.

El prelado pone «en el extremo de la maldad», a los que «llegan al partido para vivir de él, de las ventajas, sobre todo económicas, que proporciona el poder político».

«Estas actitudes no solo son reprobables personalmente, sino que perjudican gravemente la misma acción política. Por eso la virtud más preciada de un compañero de partido es la lealtad. Lealtad, que incluye la sinceridad, la fidelidad, la honradez, en el hablar y el actuar. Esta virtud que siempre será necesaria, aunque los ideales políticos sean firmemente compartidos», concluye el obispo.

(RD/Efe)

El obispo de Sant Feliu, Agustí Cortés

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Autor

José Manuel Vidal

Periodista y teólogo, es conocido por su labor de información sobre la Iglesia Católica. Dirige Religión Digital.

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