Todos los miembros del Comité Ejecutivo, salvo Sanz Montes, han salido en defensa de Francisco

Los obispos que están con el Papa… y el que no

El arzobispo de Oviedo, franciscano pero no francisquista, guarda silencio ante los ataques contra Bergoglio

Los obispos que están con el Papa... y el que no
Todos los miembros del Comité Ejecutivo, salvo Sanz Montes, han salido en defensa de Francisco CEE

Hay tres sectores bien definidos: los netamente pro-Francisco; los opositores; y los 'indefinidos', que cinco años después, todavía esperan a ver si el 'huracán Francisco' es una tormenta de verano

(Jesús Bastante).- Este jueves, el Comité Ejecutivo de la Conferencia Episcopal celebra su primera reunión del nuevo curso. Un curso apasionante y complicado, y ya comienzan a asomar los cuchillos más afilados.

El primer combate tendrá lugar en noviembre, con la elección (o renovación) del Secretario General. Hay tres sectores bien definidos: los netamente pro-Francisco; los opositores; y los ‘indefinidos’, que cinco años después, todavía esperan a ver si el ‘huracán Francisco’ es una tormenta de verano.

En el Comité Ejecutivo participan el presidente, Ricardo Blázquez; el vicepresidente, Antonio Cañizares; los cardenales Osoro y Omella; y los arzobispos Jiménez Zamora y Sanz Montes. Una Ejecutiva netamente «francisquista», con todos los cardenales en activo y el arzobispo de Zaragoza, uno de los primeros nombramientos netamente de Bergoglio.

Todos ellos, en mayor o menor medida, han emitido notas, tuits, cartas o intervenciones defendiendo a Francisco ante los ataques recibidos (además de la nota de la CEE que, aunque fue enviada dos días antes del ‘affaire Viganò’, se hizo pública justo después. Conscientemente). ¿Todos? Todos no.

 

 

 

 

El arzobispo de Oviedo, el franciscano (que no francisquista) Jesús Sanz, no ha pronunciado una sola palabra en favor de Bergoglio. Curiosamente, como otros de los destacados líderes del rigorismo episcopal español (Munilla, Reig Pla, Herráez, Asenjo, Demetrio Fernández…).

Los mismos que, silenciosamente, llevan meses preparando el ‘asalto’ a la Secretaría General, para descabalgar a José María Gil Tamayo y colocar, en su lugar, a algún obispo de su entorno (se habla mucho de César Franco), o a algún laico (sectores episcopales apuntan varios nombres, como José Francisco Serrano o Isidro Catela, aunque reconociendo no saber si se trata de globos sonda).

¿Por qué un obispo no defiende al Obispo de Roma, claramente, sin medias tintas? ¿Por qué curiosamente los rigoristas, que en otro tiempo no habrían dudado en enviar a la hoguera a los heterodoxos, ahora critican al Papa en privado? ¿Por qué este estruendoso silencio?

Un silencio que algunos obispos quieren romper hoy mismo, con la publicación de una nota del Ejecutivo. Veremos si finalmente se aprueba. Pero, por el momento, hay algunos obispos españoles que claramente se han puesto al lado de Francisco ante los brutales ataques. Y otros que no. Y que tendrán que rendir cuentas de lo que muchos, incluso entre sus hermanos en el Episcopado, consideran una traición.

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N. de la R: Puesto en contacto con esta redacción, José Francisco Serrano apunta que, aunque se hable de él, «no tiene sentido que hablen de mí. Este mundo me queda muy lejos».

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Autor

Jesús Bastante

Escritor, periodista y maratoniano. Es subdirector de Religión Digital.

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