La víctima de La Bañeza responde al obispo de Astorga: "No me van a callar, seguiré luchando"

«Son unos miserables, matan a la gente en vida»

"El Vaticano debería decretar la expulsión de todos los responsables, también de los encubridores"

"Son unos miserables, matan a la gente en vida"
La víctima de La Bañeza responde al obispo de Astorga: "No me van a callar, seguiré luchando" A3Media

La rueda de prensa ha sido una vergüenza. Estoy harto. Quieren echarle a él todas las culpas. Él cometió los crímenes, pero otros le dejaron cometerlos. Otros que no van a ser juzgados

(Jesús Bastante).- Francisco Javier está «muy cansado». Harto de todo lo que tiene que ver con Astorga, La Bañeza, los abusos… y «absolutamente decepcionado» con la actuación de la Iglesia. La última sanción contra Ramos Gordon, ‘desterrado’ durante diez años, pero sin ser expulsado, y la nueva negativa de la diócesis a indemnizar económicamente a las víctimas ha sido la gota que colmó el vaso.

«La rueda de prensa ha sido una vergüenza. Estoy harto. Quieren echarle a él todas las culpas. Él cometió los crímenes, pero otros le dejaron cometerlos. Otros que no van a ser juzgados», lamenta, en conversación con RD, la primera de las víctimas de José Manuel Ramos Gordon. «Cada vez que hablan me ofenden», lamenta.

En su rueda de prensa de ayer, el obispo de Astorga, Juan Antonio Menéndez, volvió a negar cualquier compensación económica para Francisco Javier, o para el resto de víctimas. En el caso de Puebla de Sanabria, al ser hechos que no se han juzgado. En el de La Bañeza, porque el caso «ya había sido juzgado», y caería en «prevaricación» si abonara la cantidad que, por otro lado, se le llegó a ofrecer: 300.000 euros. «Si no hay sentencia canónica, pues que la hagan. Ellos son los que pueden hacerlo, no yo».

«Destruyeron nuestras vidas y no les importa en absoluto», denuncia Francisco Javier. «¿Quién se atreve a afirmar que en las sentencias hay algo de justicia?«. «El Vaticano debería decretar la expulsión de todos los responsables, también de los encubridores, y la reparación a todas las víctimas. Pero así, el perdón no cabe en ninguna parte».

 

 

«Sólo les importa su institución y su dinero, todo es muy injusto», lamenta la víctima. «Son unos cobardes. Para mí, hoy es un día muy triste, otro más de los muchos que me han hecho sentir una mierda«.

¿Comprende la Iglesia su dolor? «Son incapaces de entender nada», apunta. «Nadie. El Papa no responde a mis cartas. ¿Qué quieren que piense, que nos apoyan y nos comprenden? Son unos miserables, matan a la gente en vida«, afirma, rotundo, Francisco Javier.

«Que respondan a los escritos de mi abogado, que no sean tan sinvergüenzas», clama la víctima. «Con estas actuaciones y estas medidas leves, los niños siguen estando en serio riesgo». Francisco Javier no quiere hablar más, le puede la rabia. «Es lo que siento: desesperanza y abandono absoluto. Estoy desolado». Pero, también, tiene una cosa clara: «No me van a callar, seguiré luchando«.

 

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Autor

Jesús Bastante

Escritor, periodista y maratoniano. Es subdirector de Religión Digital.

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