Sólo dos de los diez círculos menores promulgaron críticas abiertas a la Relatio
(Jesús Bastante/Agencias).- Los conservadores tocan a rebato. Amenazando con cisma, criticando abiertamente -o a través de sus terminales mediáticas- al propio Papa, los sectores cerrados a cualquier apertura de la Iglesia hacia homosexuales, uniones no conyugales o divorciados vueltos a casar presionan, hasta el último minuto, para que la Relatio Synodi dé marcha atrás al acuerdo mayoritario, impulsado por Francisco, e incluido en la Relatio post disceptationem.
En los círculos menores, algunos de los cardenales más conservadores, han instado a retirar algunas frases polémicas del documento. Especialmente la que dice que «las personas homosexuales tienen dones y cualidades para ofrecer a la comunidad cristiana«. En este caso, al parecer, se han salido con la suya.
No queda claro el relato final de lo relacionado con las uniones no conyugales, y parece que el debate sobre el acceso a la comunión de los divorciados a casar continuará abierto, como desea Francisco, pues el objetivo no es hacer ningún cambio ahora, sino cuando, en octubre de 2015, concluya el Sínodo. Lo cierto es que Francisco, que quería un debate abierto, no esperaba una oposición tan abrupta por parte de una minoría muy ruidosa.
Este documento final, de carácter consultivo, será votado hoy por los 191 padres sinodales. Algo similar sucedería con la frase que destacaba «la realidad positiva de los matrimonios civiles y de las convivencias«, aunque este punto no está tan claro. Sí parece evidente que se potenciará, como apuntaba recientemente el cardenal Sistach, la alabanza a aquellos matrimonios que «continúan fieles».
Según destacaron algunos observadores, en la Congregación General, los padres sinodales se mostraron perplejos ante la publicación de la relatio y la caracterizaron como «un documento de trabajo que no expresa una opinión única y compartida por todos los padres sinodales». La verdad, no obstante, es que sólo dos de los diez grupos manifestaron críticas abiertas al texto.
Las críticas, en especial surgieron de algunos sectores conservadores y el grupo ibérico A, dirigido por el cardenal mexicano Francisco Robles Ortega, afirmó que el texto tenía numerosos errores de traducción y que lo primero que debía aparecer era un saludo para las familias cristianas.
Mientras tanto, el grupo ibérico B criticó que la RPD no destacaba el mensaje que el evangelio da sobre la familia. «Estamos conscientes de la finalidad netamente pastoral y no académica del Sínodo. (…) Creemos indispensable insistir en los elementos doctrinales básicos que eviten parcializaciones o incluso magisterios paralelos», destacó
Debido a que la RPD está abierta a modificaciones, ambos grupos insistieron en que se traten con mayor profundidad temas como el aborto, el suicidio, la adopción y las decisiones relacionadas al matrimonio.
Lo cierto es que los obispos del Sínodo llegan a la votación de esta mañana profundamente divididos, hasta el punto de que algunos creen que no se alcanzará el consenso para aprobar documento alguno. En todo caso, y como subrayó el cardenal Marx, no se espera un texto final con «conclusiones», sino «un paso adelante» hacia el próximo Sínodo sobre el mismo tema, en octubre de 2015.
«La Relatio Synodi», como se ha llamado al documento final que se aprobará hoy, será «más similar a un Instrumentum laboris», es decir, el documento preparatorio del próximo Sínodo, que a las «propositiones», que normalmente lo concluían, precisó el arzobispo de Dublín, Diarmuid Martin.