María del Mar Galcerán, profesora de la Universidad Ramon Llull, Fernando Cordero sscc, periodista, escritor y experto en pastoral, Enric Puig SJ, secretario general de la Fundación Escuela Cristiana de Cataluña participarán en el acto
(Mensajero).- La editorial Mensajero y el escritor Josep Otón presentan mañana 26 de mayo en la librería Claret de Barcelona la nueva obra del autor catalán, la novela de intriga Laberintia.
A través de una historia ambientada en un monasterio de la Edad Media, el autor se adentra en cuestiones espirituales presentes en el creyente de toda época. El inquisidor fray Diego de Alcántara busca pruebas para erradicar una nueva herejía, la proliferación de laberintos en las iglesias, considerada como un resurgimiento de cultos paganos.
En su viaje llega a Santa Maria degli Angeli, un monasterio dirigido por una mujer brillante, la abadesa Angélica de Portofino, que defiende el valor de la sabiduría de los pensadores antiguos. La búsqueda interior encuentra un símil en el laberinto; en esta leyenda Otón busca respuestas a interrogantes perennes como el sentido de la existencia o el orden del universo.
Es la misma búsqueda en la que se adentró a través del ensayo publicado por Sal Terrae La mística de la Palabra el pasado año sólo que desde un relato narrativo: «Cuando uno ha teorizado sobre un tema, llega un momento en que necesita narrarlo», explica.
Desde el principio, Laberintia evoca otro libro, El nombre de la Rosa, de Umberto Eco. Ambas novelas comienzan con la misma frase: «Era una hermosa mañana de finales de noviembre». Un guiño del autor catalán con el que anuncia su diálogo con la novela del escritor italiano: «Laberintia debe mucho a El nombre de la rosa: el contexto histórico, el monasterio medieval, el inquisidor, las citas en latín, el laberinto… Pero, sobre todo, lo que me ha interesado de la obra de Eco son sus tres niveles de lectura: una novela de intriga, una novela de ambientación histórica y una novela de ideas», admite Josep Otón en el Post Scriptum final del libro donde ofrece las claves para comprender en toda su extensión su obra y deja entrever que si el planteamiento de El nombre de la Rosa es nihilista, Laberintia apuesta por la potencia creativa del ser humano para reinterpretar la realidad.
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