Francisco invita a que los periodistas salvaguardemos las libertades, los derechos, demos voz a quienes no la tienen, con una comunicación verdadera, que estime la verdad, la belleza en el decir, y que haga una cohesión social
(Jesús Bastante).- En este mundo marcado por las prisas y la «infopolución informativa», resulta necesario encontrar expertos en síntesis. Buenos profesionales, que sepan encontrar las claves para entender la comunicación y, en este caso, al Papa Francisco. Manuel Bru es uno de ellos.
La Delegación de Medios del Arzobispado de Madrid acogió este mediodía la presentación de «Las diez cosas que el Papa Francisco propone a los periodistas», un nuevo título de la colección que dirige Fernando Prado en Publicaciones Claretianas. Su autor, Manuel Bru, fue durante muchos años delegado episcopal, y ahora lo es de Catequesis. Y ha aunado su experiencia como comunicador y sacerdote para apuntar las claves del mensaje de Bergoglio a los comunicadores, sean o no creyentes.
El jefe de prensa del Arzobispado, Rodrigo Pinedo, ejerció de anfitrión, destacando que «el papa Francisco es un comunicador nato. Parte de la receta de su éxito es que hoy, en tiempos convulsos, comunica mucha esperanza y mucha confianza».
Por su parte, Fernando Prado -quien anunció la segunda edición de este libro, en menos de tres días- agradeció al autor su sensibilidad y buen hacer en este ejemplar de la colección, que pretende recoger «de manera sencilla pero comunicando con profundidad» el magisterio del Papa a distintos colectivos. De la familia a la ecología, pasando por sacerdotes, periodistas, catequistas, mujeres, consagrados…. En principio, la idea es hacer 14 libritos. «Cuando tuve la suerte de presentárselos al Papa, me dijo: ‘Vaya Via Crucis que me has preparado‘», bromeó el claretiano.
Por su parte, el portavoz de la Conferencia Episcopal, José María Gil Tamayo, agradeció a Bru la capacidad de sintetizar, en «un pequeño gran libro», las intuiciones del Papa respecto a la comunicación. «La síntesis solo la hacen los maestros, los que saben, y en Manuel se dan las dos circunstancias: es un periodista de a pie y es un profesor».
¿Qué aporta Francisco?, se preguntó Gil Tamayo. «Francisco reivindica el sentido social de la comunicación, la referencia al otro, al destinatario de la comunicación». «Lo decisivo de la propuesta del Papa se resume en recuperar el sentido social de la comunicación», incidió el sacerdote, que reclamó la «constante opción por los pobres, también en la comunicación, para que ocupen una primacía en la selección de las noticias».
«El Papa nos vuelve a recordar que la comunicación tiene que ser social y relacional», incidió Gil Tamayo, quien destacó el «respeto exquisito a la dignidad de las personas, a la verdad, al bien y a la belleza» propuestos por Francisco. «Nos pide una visión positiva, que reivindica el buen estilo y comunique esperanza en estos tiempos de populismos, que es el tiempo de la gente defraudada».
Así, el portavoz abogó por «recuperar el sentido humano ante la espectacularización, la mercantilización de la comunicación, el colonialismo cultural, la despersonalización… En un mundo plural no podemos estar haciendo una comunicación individual«.
«Francisco invita a que los periodistas salvaguardemos las libertades, los derechos, demos voz a quienes no la tienen, con una comunicación verdadera, que estime la verdad, la belleza en el decir, y que haga una cohesión social, donde se busque el bien común, respetando las diferencias» concluyó el portavoz episcopal.
Finalmente, Manuel Bru agradeció a los compañeros periodistas su presencia en la presentación, y confesó que el trabajo «ha sido muy fácil, porque lo he hecho con mucha ilusión, y porque el Papa lo permite». Así, recordó la lectura, hace ocho años, de una pastoral de Bergoglio sobre «comunicador, quién es tu prójimo», que sirvió, durante un curso, a la reflexión del grupo de Crónica Blanca, de jóvenes comunicadores, fundado por el sacerdote madrileño.
Una de las claves del libro, aseguró, es que «el Papa ‘propone’, no impone, no dirige, no plantea como una urgencia a la que todos tienen que sumarse. El Papa pone un acento, muestra a la Iglesia como maestra, muy unida a la Iglesia como madre. Y una buena madre y un buen padre, antes de imponer a sus hijos, les propone».
«En este momento de la vida de la Iglesia, ésta no está llamada tanto a juzgar como a escuchar y comprender la realidad, y sólo después proponer pistas para encararla y mejorarla. Eso es lo que hace el Papa con los periodistas con sus mensajes», señaló Manuel Bru, quien destacó cómo Francisco «se aproxima, escucha a los medios, a los niños y adolescentes del sexto continente, el digital, y escucha a los periodistas. Trata de comprenderles, a ellos y a sus dificultades».
Y, además, aboga por «humanizar este mundo a través de la comunicación. Entender este diálogo dentro de un diálogo con la cultura de hoy». En su libro, Manuel Bru «no recojo indicaciones piadosas, ni es un ejercicio espiritual para periodistas, no es ésa la idea. La idea es ofreceros una síntesis de una propuesta respetuosa, profunda, provocativa y esperanzadora a los periodistas«.
«Sin hacer juicios sumarísimos, propone un desafío desde la libertad del comunicador. Sé libre de verdad, hasta el fondo. Con libertad, proximidad a los desfavorecidos, voz de los sin voz», y, por encima de todo, «un mensaje lleno de esperanza. Lejos de ingenuidades, propone una sola cosa. Lo que nos pide es que busquemos al que queda en la cuneta de las autopistas de la información».
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