Thomas Merton tiene preparadas sus respuestas desde la profundidad de sus estudios y de su experiencia de vida
(A. Aradillas).- Sin concesión a exageraciones de ninguna clase, es obligado destacar que el «Diccionario de Thomas Merton«, cuya publicación fue posible gracias a la colaboración y activa participación de instituciones de tan reconocido y renovado prestigio como «100 Thomas Merton», «Mensajero 100» y «Revista Cistercium», constituye uno de los hitos más relevantes de los últimos tiempos bibliográficos. Son sus autores William H. Shannon, Christine M. Bochen y Patrick F. O´Connell.
Thomas Merton es uno de los autores más prolíficos de la literatura católica del siglo XX , y la edición de este Diccionario- enciclopedia- enquiridión compendia y sintetiza, a la vez que actualiza, la producción escrita y los estudios sobre este monje universal, que nació en Europa, adoptó la ciudadanía estadounidense y falleció en Asia. Todos y cada uno de estos datos proporcionan elementos de juicio suficientes como para estimular la lectura de su rica y plural obra, sin la que la misma Iglesia habría de sentirse huérfana de sentimientos y de pensamientos exigentemente evangélicos, a la vez que evangelizadores.
En las 654 páginas del Diccionario, se encuentra con facilidad e inteligibilidad pedagógicas, cuanto precisa el cristiano, o aspirante, para serlo. y ejercer de verdad y para dar cuenta de su fe ante propios y extraños, con la seguridad y el compromiso de llegar a ser correctamente entendido. Como para Thomas Merton, «teólogo es el que habla o escribe de Dios, con la autoridad de su experiencia», la lectura atenta y reflexiva de esta obra -compendio de tantas otras- , le abre sistemáticamente, y de par en par, las puertas para mantener tan sacrosanto ministerio, sin la previa necesidad de títulos universitarios que lo acrediten.
Conste que, para cualquier idea, concepto o comportamiento propio de los seres humanos, y en mayor proporción, de los cristianos, monjes, religiosos, jerarquía o laicos, Thomas Merton tiene preparadas sus respuestas desde la profundidad de sus estudios y de su experiencia de vida. Desde «Abad» que es la primera de las referencias de su Diccionario, hasta la de «Zen y los pájaros del deseo», que es la penúltima, catecismos y tratados de filosofía, de historia, ascética y mística, de poesía y de liturgia se hacen oportunamente presentes, con luminosidad, alegría sensatez, lógica, humildad, esperanza en la resurrección y plena confianza en el evangelio.
A título de curiosidad no quiero dejar de citar parte de las disquisiciones que aporta al redactar la expresión cisterciense «Opus Dei» -«oficio divino y liturgia»-, como aspecto esencial de la vida monástica y la contemplación -«el conocimiento y la experiencia íntima de Dios»- , con la advertencia histórica y monástica por antonomasia, clarificadora para tantos, de que «el rezo o canto, del Oficio Divino, es tan «Opus Dei» -«Obra de Dios»- como lo es la liturgia, la celebración de la eucaristía, o la concepción y vivencia cristianas.
Los directores de la edición en lengua española del » Diccionario de Thomas Merton» son Francisco Rafael de Pascual Rubio, monje cisterciense de la Abadía de Santa María de Viaceli, en Cantabria, en la que ingresó, previa la formulación del voto de estabilidad en 1964, director de la revista monástica «Cistercium» -historia, arte y espiritualidad-; Fernando Beltrán Llavador, profesor de la Universidad de Salamanca y autor de «Thomas Merton, el verdadero viaje», y Ramón Cao Martínez, quien durante cuarenta años ejerció la docencia de la Lengua y Literatura Españolas en la Universidad de Deusto, autor del libro «Thomas Merton, a través de sus diarios».
Y con el emocionado recuerdo a una de las sentencias más cristianas de nuestro autor, de que «El secreto de nuestra virtud es la caridad», le coloco aquí y ahora el punto y aparte a la reseña de tan bello, erudito, práctico e inteligente libro.
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