Las mafias envenenan la vida social, pervierten la mente y el corazón de tantos jóvenes, sofocan la economía, deforman el rostro auténtico del sur
La Conferencia Episcopal Italiana (CEI) condenó «con fuerza» a la mafia que opera en el sur de Italia, a la que consideró «una de las plagas más profundas y duraderas«, un «cáncer» propiamente dicho. «No es posible movilizar el ‘mezzogiorno’ (sur, NDR) sin que éste se deshaga de las cadenas que no le permiten liberar sus propias energías«, dijo un documento difundido hoy por la CEI.
En el texto, titulado «Iglesia y mezzogiorno«, los obispos hablan de la criminalidad organizada, «representada sobre todo por las mafias que envenenan la vida social, pervierten la mente y el corazón de tantos jóvenes, sofocan la economía, deforman el rostro auténtico del sur».
Las mafias, agregó la CEI, «son la configuración más dramática del mal y del pecado«. La criminalidad organizada «no puede y no debe dictar los tiempos y los ritmos de la economía y de la política meridionales, convirtiéndose en el lugar privilegiado de todo tipo de intermediación y poniendo en crisis el sistema democrático del país, porque el control de la mala vida del territorio lleva de hecho a una fuerte limitación si no incluso a desautorizar al Estado», agregó el documento.
Los obispos italianos denunciaron además las formas de fatalismo y violencia de la cual siguen siendo víctimas las mujeres del sur del país, con un agravante, pues se les asigna un papel de primer plano en la criminalidad organizada. Por otra parte, continuó el documento, la dirigencia del sur de Italia es inadecuada.
Para resolver la cuestión es necesario hacer crecer el sentido cívico de toda la población, reconstruir la «necesaria solidaridad nacional«, y es también urgente «superar las inadecuaciones presentes en las clases dirigentes», dijeron los obispos.
En la actual crisis política y social, el sur de Italia corre el riesgo de quedar afuera de la redistribución de los recursos y reducido a un «colector de votos para diseños políticos y económicos ajenos a su desarrollo», consideraron.
Por otra parte, los obispos italianos subrayaron que son necesarias «urgentes, y nuevas formas de solidaridad» para afrontar el masivo desembarco de inmigrantes en el sur de Italia.
La «masiva inmigración de Europa del Este, de Africa y Asia, han hecho urgentes nuevas formas de solidaridad, ya que con frecuencia el sur es el primer punto de la esperanza para miles de inmigrantes».
Por último, la CEI destacó los recursos «preciosos» del «mezzogiorno», afirmando que debe ser contrastada toda forma de «resignación y fatalismo».
(RD/Agencias)