La secularización de la sociedad francesa, la disminución del número de familias católicas y el rechazo por un modo de vida radical son algunos de los motivos de la escasez vocacional
El 15 por ciento de lo sacerdotes en formación en Francia son extranjeros, en su mayoría inmigrantes de Asia y África, como consecuencia de la caída del interés de los ciudadanos galos a consagrar su vida a la Iglesia, informó hoy el vespertino «Le Monde».
La secularización de la sociedad francesa, la disminución del número de familias católicas y el rechazo por un modo de vida radical son algunos de los motivos que identifica el diario para explicar la caída de la vocación.
De esta forma, las 400 comunidades religiosas que hay en Francia han visto como año tras año se ha ido reduciendo el número de religiosos locales al mismo tiempo que han aumentado el de los foráneos, señaló el periódico, que precisa que las 83 ordenaciones acontecidas en 2010 atestiguan un nivel «históricamente bajo».
La expansión del papel del misionero ha contribuido al descenso de religiosos, pues «ya no hace falta ser religioso para vivir este tipo de experiencias», indicó la vicepresidenta de la Conferencia de religiosos y religiosas de Francia, Florence de la Villéon.
Sin embargo, «en una sociedad que no es muy cristiana, la entrada a un monasterio se constituye como una forma heroica de la vocación cristiana», afirmó un representante de una congregación apostólica, Benoît Grière.
En los diez últimos años se han perdido 3.000 sacerdotes en Francia, donde la plantilla de sacerdotes y religiosas -profesionales o en formación- asciende a unas 40.000 personas, según «Le Monde».(RD/Efe)