Otro elemento muy preocupante es el hecho de que bastantes de sus líderes son musulmanes jihadistas
(José Carlos Rodríguez).- A aquel hombre se le acabó la paciencia. Harto de ver cómo cada día los rebeldes de la coalición Seleka entraban en su casa sin miramientos y arramblaban con lo que les venía en gana, molestando de paso a su mujer y sus dos hijas, se enfrentó a uno de ellos con un cuchillo y le hirió. La represalia de los hombres armados -más bandidos que guerrilleros con una causa- fue contundente.
Tras matarlo a golpes, incendiaron su casa y de paso otras 200 viviendas de su barrio. Ocurrió hace pocas semanas en Dekoa, una localidad 200 kilómetros al norte de Bangui, la capital de la República Centroafricana, país que desde diciembre del año pasado sufre una guerra de agresión que ha atraído poco la atención de la comunidad internacional, cuya atención sobre África durante las últimas semanas se ha centrado casi exclusivamente en Malí.
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