El Reino de Dios es hoy la alternativa viable a este mundo que se autodestruye indefectiblemente. El perdón de las deudas, el perdón en sí mismo, nos salvará, apliquémoslo
(Bernardo Pérez Andreo, teólogo).- Querido Francisco, mi petición, aprovechando el comienzo de la semana en que celebramos el triunfo definitivo del amor entregado de Dios a la humanidad, es que hagamos un gesto definitivo para el mundo. Todos los días elevamos oraciones a Dios atreviéndonos a llamarlo Padre y pidiendo el perdón de las deudas, así está en el original griego y así lo rezábamos antes de la modificación. El perdón de las deudas es la única manera de crear un grupo de seguidores de Jesús, de personas que no pretenden hacer del otro un esclavo, un sirviente, un objeto, sino que ven en el otro un hermano. El perdón de la deuda, la condonación de la misma, es el medio para permitir una vida humana plena en sociedad.
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