Viganò pudo tapar las acusaciones de encubrimiento y acoso contra Nienstedt

El exnuncio de EEUU silenció una investigación contra el arzobispo de Saint Paul y Minneapolis

El embajador ordenó que los investigadores contratados por la archidiócesis destruyeran las pruebas

El exnuncio de EEUU silenció una investigación contra el arzobispo de Saint Paul y Minneapolis
El exnuncio papal a los EEUU, Carlo María Viganò AP

Viganò ordenó a Griffith que pidiera a los abogados que entrevistasen al arzobispo Nienstedt lo antes posible, y que terminara rápidamente con la investigación

(Cameron Doody).- El exnuncio papal en los Estados Unidos, Carlo María Viganò, silenció una investigación independiente acerca de la mala conducta del exarzobispo de Saint Paul y Minneapolis, John C. Nienstedt, que descubrió evidencias de que el prelado no solo había protegido a un cura pedófilo sino que el propio Nienstedt había acosado sexualmente a sacerdotes y seminaristas de la archidiócesis e, incluso, a un guardia suizo en Roma.

Viganò ordenó asimismo la destrucción de todas las pruebas que los investigadores habían recogido en contra del arzobispo Nienstedt, según ha denunciado el sacerdote de Saint Paul y Minneapolis que actuó de enlace entre la archidiócesis y los investigadores independientes, el padre Dan Griffith.

Nienstedt dimitió de su cargo en junio de 2015 después de que los fiscales del estado de Minnesota le acusaran de haber ignorado advertencias sobre el comportamiento inapropiado de un sacerdote de la archidiócesis, Curtis Wehmeyer, que en 2012 fue condenado por abusos a menores y posesión de pornografía infantil.

Después de que Wehmeyer fuera sentenciado por las autoridades civiles, la archidiócesis de Saint Paul y Minneapolis estableció su propia investigación acerca del proceder del arzobispo Nienstedt en el caso Wehmeyer -ya que el arzobispo había ascendido al sacerdote en 2009- y contrató los servicios del bufete de abogados Greene Espel para este fin.

La denuncia del padre Dan Griffith que ahora sale a la luz -escrita originariamente en julio del 2014- fue publicada ayer miércoles después de que el fiscal del condado de Ramsey, John Choi, decidiera archivar la causa por negligencia criminal contra la archidiócesis en el asunto Wehmeyer que aún quedaba abierta -litigio al que la investigación de Greene Espel debería haber ayudado a esclarecer, si no hubiera sido por las trabas que le habría puesto el nuncio Viganò.

El informe de Griffith, que pasa ahora a ser de dominio público, afirma que no solo encontraron los investigadores del despacho de abogados pruebas de una relación personal estrecha entre el sacerdote Wehmeyer y el arzobispo Nienstedt «que podía haber afectado su evaluación [la de Nienstedt] del comportamiento de Wehmeyer», sino que también descubrieron indicios contra el arzobispo de «conducta sexual inapropiada, acoso sexual y represalias a los que rechazaron sus proposiciones».

Los letrados habrían encontrado hasta 24 diferentes «líneas de investigación» contra el arzobispo propuestas por los 11 testigos a los que les tomaron declaración, incluso la de que Nienstedt podría haber mantenido relaciones sexuales con un guardia suizo durante una visita al Vaticano. Todas estas videncias fueron ignoradas por el nuncio del Vaticano entonces residente en los EEUU, el arzobispo Carlo María Viganò.

Viganò -que fue relevado en la nunciatura estadounidense en abril de este año, después de que cumpliera los 75 años- habría ordenado a Griffith, nexo entre la archidiócesis de Saint Paul y Minneapolis y el bufete de Greene Espel, que «pidiera a los abogados que entrevistasen al arzobispo Nienstedt lo antes posible, y que terminara rápidamente con la investigación», según denuncia el párroco en su informe.

Pero el nuncio en los EEUU no sólo quería que los investigadores destruyeran las pruebas que tenían contra Nienstedt, sino que cuando Griffith le escribió a Viganò protestando tal decisión de suprimir estas pesquisas, éste requirió a Griffith que borrara todo vestigio hasta de esa misiva en la que manifestaba su descontento.

Pese a sus respectivas renuncias, tanto Nienstedt como Carlò María Viganò siguen siendo sacerdotes y arzobispos en activo. El primero, como recordó ayer el New York Timescelebró recientemente una misa pública para un grupo de católicos, el Napa Valley Institute, en el estado de California.

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Autor

José Manuel Vidal

Periodista y teólogo, es conocido por su labor de información sobre la Iglesia Católica. Dirige Religión Digital.

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