Aunque existen otro tipo de trajes de baños específicos para la comunidad musulmana, la australiana asegura que sus diseños son los primeros en contar con dos piezas desmontables y que cubren la cabeza
Las restricciones que algunos países europeos han puesto en las últimas semanas contra el uso del «burkini» en lugares públicos están consiguiendo que las ventas se incrementen, según su diseñadora, Aheda Zanetti, quien subraya que muchas mujeres que lo compran no son seguidoras del Islam.
La que se proclama como introductora del término «burkini» en la agenda de actualidad tras crear el primer burkini en el año 2003, apunta al lado positivo de las restricciones que se han implantado en 15 ciudades francesas. «Ha sido tan frenético» el avance de su popularidad, declaró.
«A través de la web el domingo recibimos 60 peticiones, todas de no musulmanes», señaló, cuando lo normal es que reciba entre 10 y 12 este día de la semana.
Tras la polémica, Zanetti asegura que solo ha recibido un mensaje negativo y muchos más de apoyo. Entre los autores de los e-mails, se encuentran personas que han sobrevivido a un cáncer o nadadores que usan la ligereza, el secado rápido y las dos piezas que componen el «burkini» como protector solar.
«Muchos de los mensajes fue de supervivientes a cáncer de piel que siempre han estado buscando algo así», declaró. «El apoyo que estoy recibiendo es, de alguna forma, de parte de mujeres fuertes… es un grito de auxilio que quieran este tipo de entretenimiento», defendió, «las mujeres están apoyándose las unas a las otras en esto. No importan la raza o la religión».
Aunque existen otro tipo de trajes de baños específicos para la comunidad musulmana, la australiana asegura que sus diseños son los primeros en contar con dos piezas desmontables y que cubren la cabeza.
(RD/Agencias)