Okpaleke muestra a Barros el camino a seguir: la renuncia como servicio a la Iglesia

¿Qué hay detrás de la dimisión del obispo nigeriano rechazado por curas y fieles por ser de otra etnia?

El caso muestra que, en África, la identidad tribal prima sobre el carácter universal del catolicismo

¿Qué hay detrás de la dimisión del obispo nigeriano rechazado por curas y fieles por ser de otra etnia?
El obispo Okpaleke, con el Papa Francisco

Nos damos cuenta, día tras día, que la sangre de la cultura, de la etnia, de la tribu sigue siendo más fuerte e importante que el agua del bautismo

(C. Doody/Agencias).- Una auténtica rebelión contra su obispo, simplemente porque no es de su etnia. Curas y fieles llevan seis años sin aceptar el nombramiento de monseñor Peter Ebere Okpaleke, que ni siquiera pudo tomar posesión de su diócesis. El Papa intervino y obligó a los curas a pedirle perdón a su obispo. Unos 200 lo hicieron, pero a regañadientes.

Para facilitar las cosas a Roma y servir mejor a la Iglesia, el prelado designado acaba de presentar al Papa la renuncia a su sede. Aún así, quedan muchas preguntas abiertas. Intentamos responder a algunas de ellas.

 

¿Qué pasó inmediatamente después de que Okpaleke fuera nombrado obispo de Ahiara por Benedicto XVI el 7 de diciembre de 2012?

«Desde el anuncio de mi nombramiento, ha habido reacciones violentas y resistencia por parte de un grupo de sacerdotes diocesanos de Ahiara, de laicos y de otros», explicó el propio monseñor Okpaleke. Reacciones que incluyeron el bloqueo de la catedral por fieles del grupo étnico mayoritario de la diócesis -los Mbaise, distinto al que pertenece Okpaleke, los Igbo- el día en el que se preveía la instalación del prelado. 

Esta situación de tensiones étnicas «no mejoró, pero al final fui consagrado el 21 de mayo de 2013, fuera de la diócesis, en el seminario mayor de Ulakwo, Owerri, debido a la situación en la diócesis», continuó Okpaleke. Si bien incluso «hasta ahora no he podido tomar posesión de la diócesis de Ahiara… cinco años, dos meses y una semana desde mi nombramiento pontificio».

 

¿Cuál es el conflicto étnico en Ahiara?

De entre los más de doscientos grupos étnicos que conviven en Nigeria, hay tres principales: los Igbo en el sureste, los Yoruba en el suroeste y los Hausa en el norte. La diócesis de Ahiara está en una región Mbaise dentro de un estado -el de Imo- de mayoría Igbo. Una de los dos principales razones que explican el rechazo de los fieles de Ahiara a monseñor Okpaleke, miembro de la etnia Igbo: estos fieles sentían que el nombramiento de una persona Igbo que, además, vino desde fuera de la diócesis -concretamente, desde la región de Anambra- fue un ejemplo de discriminación contra los católicos Mbaise, especialmente cuando su anterior obispo, Víctor Adibe Chikwe, pertenecía a esta última etnia.

 

¿Qué ha hecho el Vaticano para solucionar la situación?

Tras resultar imposible que Okpaleke tomara posesión de su diócesis, el Papa Francisco nombró como administrador apostólico de la diócesis al cardenal John Onaiyekan de Abuya, capital de Nigeria.

La diócesis siguió a la deriva hasta el 8 de junio de 2017, cuando el Papa Francisco recibió en el Vaticano a una delegación de Ahiara, donde amenazó con medidas como la suspensión a divinis a todos los sacerdotes de la diócesis que no aceptaban el mandato de Okpaleke.

«Estoy muy entristecido por lo que sucede en la Iglesia de Ahiara», declaró el Papa en aquel momento, señalando a su vez que «los que se han opuesto a la toma de posesión del obispo Okpaleke quieren destruir la Iglesia; esto no está permitido; tal vez no se dan cuenta, pero la Iglesia está sufriendo y el pueblo de Dios con ella».

El obispo de Roma pidió que cada sacerdote o eclesiástico incardinado en la diócesis escribiera «una carta dirigida a mí pidiendo perdón», manifestando además su «total obediencia al Papa» y su disposición «a aceptar al obispo que el Papa envíe y al obispo nombrado».

Según comunicó ayer la Congregación para la Evangelización de los Pueblos, el Papa Francisco acabó recibiendo «200 cartas individuales de sacerdotes de la diócesis de Ahiara, en las que le han mostrado obediencia y fidelidad», si bien algunos sacerdotes han vuelto a señalar «su dificultad psicológica para colaborar con el obispo después de estos años de conflicto».

 

¿Cómo explica el obispo la renuncia a su sede?

«Teniendo en cuenta lo mencionado, he asumido conscientemente la convicción de que continuar como pbispo de Ahiara ya no repercute en beneficio de la Iglesia», afirmó Okpaleke. «No creo que mi apostolado pueda ser eficaz en una diócesis donde algunos sacerdotes y fieles no me aceptan. Por ello, por el bien de la Iglesia y de la diócesis de Ahiara en particular, he pedido humildemente al Santo Padre que acepte mi renuncia al cargo de obispo de Ahiara. También tomo esta decisión por el bien de todos los fieles de Ahiara, especialmente aquellos que han permanecido fieles en una Iglesia local controlada por algunos sacerdotes», subrayó.

«Considero mi renuncia como la única opción correcta para facilitar la reevangelización de los fieles, y mucho más importante y urgente, de los sacerdotes de Ahiara, especialmente ahora que el Santo Padre y sus colaboradores de la Curia romana pueden distinguir a los sacerdotes que afirman su lealtad al Santo Padre de aquellos que han decidido retirarse desobedeciendo a la Iglesia católica».

Después de agradecer a aquellos que le han ofrecido apoyo durante todos estos años difíciles, Okpaleke ha reiterado su amor y su oración hacia los fieles de Ahiara y ha invitado a todos al arrepentimiento. «Invito a todos los sacerdotes disidentes a volver a examinar su motivación inicial para convertirse en sacerdotes de la Iglesia católica. Urge el arrepentimiento y la reconciliación«.

 

¿Qué pasa ahora y por qué cedió el Papa Francisco?

«Teniendo en consideración el arrepentimiento» mostrado por los sacerdotes de Ahiara, Propaganda Fide también comunicó que «el Santo Padre no ha querido proceder con sanciones canónicas» contra ellos. Sí ha pedido a los curas díscolos, no obstante, que reflexionen «sobre el grave daño infligido a la Iglesia de Cristo» con la «esperanza de que nunca se repitan en el futuro tales acciones tan irrazonables de oposición hacia un obispo legítimamente designado por el Santo Padre», así como la realización por su parte de «gestos de perdón y reconciliación» hacia el obispo Okpaleke.

Según la Congregación para la Evangelización de los Pueblos, el Papa Francisco también espera que, con su nombramiento de un administrador apostólico para la diócesis -monseñor Lucius Iwejuru Ugorji, obispo de Umuahia- «se reanude la vida de la Iglesia [de Ahiara] y nunca más se vuelvan a producir acciones que hieran el Cuerpo de Cristo».

«El Santo Padre no tiene la intención de nombrar un nuevo obispo en Ahiara por el momento, pero se reserva el derecho de seguir teniendo una preocupación especial hacia esa diócesis él mismo«, añadieron desde la antigua Propaganda Fide.

 

¿Es un caso aislado en África?

La conocida crisis étnica y tribal que ha afectado a la diócesis de Ahiara, en Nigeria «es sólo la punta del iceberg», ha declarado a la Agencia Fides el teólogo marfileño Donald Zagore, misionero de la Sociedad de Misiones Africanas (SMA). «Cuando en la Iglesia Católica -cuya esencia significa comunión, fraternidad y unidad- los miembros están divididos por cuestiones étnicas y tribales, hay que plantearnos seriamente esta pregunta profética: ¿realmente hemos entendido el significado de nuestro tiempo y nuestra fe?».

«Desgraciadamente», ha continuado Zagore, «nos damos cuenta, día tras día, que la sangre de la cultura, de la etnia, de la tribu sigue siendo más fuerte e importante que el agua del bautismo. El paradigma de la ‘Iglesia familia de Dios’ en África, a menudo parece un discurso sin sentido, que a veces toma la apariencia de una farsa. Nos estamos convirtiendo cada vez más de una ‘Iglesia familia de Dios’ en una Iglesia tribal. Hay que decir firmemente que esta actitud es cualquier cosa menos cristiana. El tribalismo no es de ninguna manera una característica de la Iglesia de Jesucristo«.

 

¿Cuáles son las implicaciones del caso Okpaleke para la Iglesia universal?

No solo ha estado en juego en la diócesis de Ahiara la autoridad exclusiva del Papa de nombrar los obispos de la Iglesia universal. En el contexto, concretamente, de África, Francisco -al insistir que los oponentes de Okpaleke estaban haciendo daño al Cuerpo de Cristo- seguía en la tradición de sucesivos pontífices de no dejar que las afiliaciones tribales determinen las elecciones episcopales del sucesor de San Pedro.

Hay también al menos otros dos contextos en el mundo actual donde el precedente establecido ahora por la dimisión de Okpaleke puede tener importantes repercusiones.

Uno, en la diócesis de Osorno, en Chile, donde el actual obispo, Juan Barros, ha sido objeto durante tres años del rechazo de muchos de sus fieles y curas, por su supuesto encubrimiento y negligencia de los abusos perpetrados por el sacerdote pederasta Fernando Karadima.

Muchos vaticanistas citaron el conflicto en Nigeria cuando explicaron la negativa de Francisco para destituir a Barros, quien fue nombrado obispo por Juan Pablo II y ratificado por Benedicto XVI, lo que dificultó la posibilidad de que Francisco le destituyera sin una razón convincente.

Sin embargo, la decisión de Francisco de aceptar la renuncia de Okpaleke, debido a la oposición de la gente, insinúa que podría hacer lo mismo en el caso de Barros.

Otro caso parecido -si no exactamente el mismo- es en China, donde recientemente han crecido las especulaciones de que, de llegar el Gobierno y la Santa Sede a un acuerdo que permita la reanudación de lazos diplomáticos, los fieles católicos pueden verse obligados a aceptar a obispos de la Iglesia «patriótica», y como tal no nombrados por el Papa.

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Autor

José Manuel Vidal

Periodista y teólogo, es conocido por su labor de información sobre la Iglesia Católica. Dirige Religión Digital.

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