Por su apuesta por la convivencia en Irak

Cristianos, musulmanes y laicos piden el Nobel de la Paz para Sako

Cazeau: "El patriarca encarna el diálogo entre credos y es respetado por su honestidad"

Cristianos, musulmanes y laicos piden el Nobel de la Paz para Sako
El cardenal Sako (i) abraza a un musulmán

Es hermoso ver que también los musulmanes han apoyado mi candidatura... Representa un signo de cercanía y abre las puertas de Irak al progreso y a la democracia

Recibir el eventual premio «no es importante», lo que cuenta «es el valor simbólico del gesto», que ayuda a «mantener viva la atención sobre el pueblo iraquí, sobre la comunidad cristiana» -que aún es víctima de ataques- y a obrar «por el futuro del país». Es cuanto dice a AsiaNews el primado de la Iglesia iraquí mar Louis Raphael Sako, comentando su candidatura al Premio Nobel por la Paz 2018.

«En el reciente encuentro con el Papa Francisco -agrega- pedí un apoyo moral y espiritual, que es aquello que necesitamos. Esta propuesta se coloca justamente en esta huella y representa una contribución extraordinaria para vencer la marginación y la indiferencia hacia los sufrimientos de nuestra minoría, y también de las demás».

Personalidades religiosas, intelectuales y miembros de la sociedad civil, tanto en Irak como en el mundo, adhirieron a la iniciativa, reconociendo la obra en favor de la paz, de la convivencia, de la reconciliación del primado de la Iglesia caldea, antes como obispo y ahora como patriarca. Una tarea esencial, en una nación todavía hoy marcada por la violencia, los conflictos internos y las divisiones sectarias.

La candidatura fue presentada a fines de enero por la Asociación católica L’Oeuvre d’Oriant y fue aceptada por el comité noruego que preside la asignación del Nobel. Lo apoyan un grupo de personas, en Irak y en el mundo (sobre todo en Francia, donde el patriarca Sako creó a lo largo del tiempo fuertes lazos de amistad y colaboración con prelados y ONGs, católicas y no católicas) -tanto cristianas como musulmanas- que exaltan la obra en favor de la paz y de la convivencia.

En particular, dentro de la comunidad musulmana, se creó un frente unido que reúne a chiíes de Najaf (en Irak) y a líderes sunitas de Jordania y del Líbano que han apoyado fuertemente la candidatura. También este es un signo de la obra de la Iglesia iraquí y de su jerarquía, que tiende un puente con las otras religiones.

«Es hermoso ver que también los musulmanes han apoyado mi candidatura -afirma mar Sako-. Es más, diría que son justamente ellos quienes lo hacen con mayor vigor y esto es incluso más importante. Representa un signo de cercanía y abre las puertas de Irak al progreso y a la democracia». La semana pasada, prosigue, el patriarcado caldeo organizó un encuentro inter-religioso que representó una «enorme fuente de aliento y de esperanza. En los próximos días iré a Najaf (una de las ciudades más sagradas del islam chií) para tener un discurso. Esto no es para mí, sino para todo Irak y para el bien de su pueblo».

El 31 de enero de 2013 el entonces arzobispo de Kirkuk, monseñor Sako fue elegido como nuevo patriarca caldeo, sucediendo a Emmanuel Delly III, quien presentó su renuncia por haber alcanzado el límite de edad. Nació el 4 de julio de 1948 en Zakho, en el norte de Irak, fue ordenado sacerdote el 1 de junio de 1974. Primero como prelado, y luego como primado de la Iglesia iraquí, él muchas veces denunció el éxodo de los cristianos del país y lanzó numerosos pedidos al Ejecutivo y a las autoridades locales, para garantizar un futuro de paz, en su tierra de origen.

«Nuestra esperanza es que esta candidatura complete su itinerario- subraya a AsiaNews el arzobispo de Kirkuk, monseñor Yousif Thoma Mirkis -y pueda concluirse de modo positivo». Este premio, agrega el prelado, representaría «un reconocimiento no sólo a su persona, sino también a todos los cristianos de Irak y de Oriente Medio que, en estos años, siempre han luchado de manera fuerte y firme, pero al mismo tiempo, de un modo pacífico, en favor de la paz, los derechos humanos, la convivencia y el desarrollo del país».

«Además, el Nobel de la Paz a mar Sako constituye un premio en memoria de los mártires de la Iglesia comomonseñor Rahho y otros, sacerdotes y laicos, que han sacrificado su vida a causa de la fe». «Para los cristianos de Oriente Medio -concluye el prelado- sería un gesto importante y significativo, porque valoriza el sacrificio de una comunidad milenaria que eligió permanecer en su propia tierra a pesar de las persecuciones, la última de ellas por mano de Daesh (acrónimo árabe para el Estado islámico, ex Isis) que obligó a centenares de miles de familias a escapar, convertirse o ser asesinadas».

Le hace eco Bernard Cazeau, senador francés y miembro del partido socialista, el cual subraya que el patriarca Sako «encarna» el diálogo entre credos y es «respetado» por musulmanes, yazidíes, sabeos, por religiosos y ateos, por «su honestidad, sinceridad, simplicidad y generosidad». Él agrega que la candidatura recibió la adhesión de 125 senadores y 115 diputados del parlamento transalpino y es un reconocimiento por su obra en favor de los marginados y víctimas de violencia, no sólo cristianos.

(RD/AsiaNews)

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Autor

José Manuel Vidal

Periodista y teólogo, es conocido por su labor de información sobre la Iglesia Católica. Dirige Religión Digital.

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