Uno de los papeles de la Iglesia es estar al lado de la gente de forma irrestringible y ecuménica, contribuyendo en la implantación de políticas públicas en toda su diversidad, independientemente de raza, color, sexo o religión
(Luis Miguel Modino, corresponsal en Brasil).- El Arzobispo de Porto Velho, Brasil, Monseñor Roque Paloschi, ha sorprendido a la opinión pública con una carta de apoyo a la creación e implantación del Consejo LGBT (Lesbianas, Gays, bisexuales, Travestis, Transexuales y Transgéneros) en el estado de Rondonia, de cuya capital es el actual prelado.
La actitud de Monseñor Paloschi, que también es el Presidente del Consejo Indigenista Misionero y forma parte del Consejo Presinodal del Sínodo de la Panamazonia, demuestra la valentía de alguien que, por encima de posible críticas y descalificaciones, inclusive dentro de la propia Iglesia católica, siente la necesidad de crear un «espacio democrático de apoyo y diálogo sobre políticas públicas que favorezca y construya en la sociedad un camino de tolerancia y fraternidad».
A pesar de ser una postura poco común, la carta del Arzobispo de Porto Velho, se sitúa en la línea del Papa Francisco, quien en 2013, en una rueda de prensa a los periodistas que le acompañaban a su vuelta de la Jornada Mundial de la Juventud en Rio de Janeiro, decía «si una persona es gay, busca a Dios y tiene buena voluntad, ¿quién soy yo, por caridad, para juzgarla?». Estas palabras fueron reafirmadas en la Laudato Si, donde dice que la persona homosexual «debe ser respetada en su dignidad y acogida con respeto», todo ello, para evitar «cualquier marca de injusta discriminación y, particularmente, toda forma de agresión y violencia».
La postura de la Archidiócesis ha producido una reacción positiva entre los participantes de una manifestación celebrada este último viernes, 4 de mayo, donde los presentes insistían en la importancia de la creación del consejo ante «un momento en que el país vive una fase de reducción de derechos y de restricciones de conquistas democráticas», como recoge la carta. En ese sentido, el texto resalta que la postura de la Iglesia debe ser «reencender la esperanza y comprometernos cada vez más en la defensa de la vida y de los derechos de las minorías».
En una sociedad donde el rechazo y condena del diferente se impone como actitud dominante, Monseñor Paloschi recuerda que «frente a la cultura del odio, somos llamados a promover la cultura de la paz y de la justicia». A decir verdad, ésta es una actitud más próxima de los sentimientos de Jesús de Nazaret, quien siempre estuvo al lado de las prostitutas y los pecadores y por encima de cualquier tipo de condena, se mostró como signo de misericordia.
Carta de apoyo a la Creación y implantación del Consejo Estatal LGBT en Rondonia
En un momento en que el país vive una fase de reducción de derechos y de restricciones de conquistas democráticas, como Iglesia, debemos reencender la esperanza y comprometernos cada vez más en la defensa de la vida y de los derechos de las minorías, buscando la construcción de días mejores.
Uno de los papeles de la Iglesia es estar al lado de la gente de forma irrestringible y ecuménica, contribuyendo en la implantación de políticas públicas en toda su diversidad, independientemente de raza, color, sexo o religión, de acuerdo con los preceptos de nuestra Constitución Federal de 1988.
En ese sentido, nos posicionamos a favor de la creación y efectiva implantación del Consejo Estatal LGBT en Rondonia, como espacio democrático de apoyo y diálogo sobre políticas públicas que favorezca y construya en la sociedad un camino de tolerancia y fraternidad, pues «En Cristo todos somos hermanos», como nos recuerda el lema de la campaña de la fraternidad de este año.
Frente a la cultura del odio, somos llamados a promover la cultura de la paz y de la justicia.
El Arzobispo, Roque Paloschi
El Vicario General, Padre Filip Cromheecke