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El Vaticano admite la «deficiente gestión» de la Santa Sede en el caso de los «lefebvrianos»

, Sábado, 7 de febrero 2009

Cuenta Íñigo Dominguez en La Verdad que el portavoz vaticano, el jesuita Federico Lombardi, tocó ayer por fin una de las claves evidentes de la polémica sobre los lefebvrianos: admitió que nace de una deficiente gestión del asunto por parte de la Santa Sede. «Sin duda las personas que han gestionado este caso no tenían consciencia de la gravedad de las afirmaciones de monseñor Williamson», dijo hoy al diario católico francés La Croix, en referencia a las declaraciones de este obispo lefebvriano que negó la dimensión del Holocausto y la existencia de las cámaras de gas nazis.

Este grupo ultraconservador, separado de la Iglesia desde 1988 tras la excomunión de seis obispos, fue perdonado el pasado día 24 de enero por el Papa justo después de las manifestaciones de Richard Williamson. Lombardi dio incluso nombres. «Las negociaciones se llevaron con monseñor Fellay -superior de la orden-, pero las opiniones de los otros obispos no se han tomado suficientemente en consideración. Lo que es seguro es que el Papa las ignoraba, Si hay una persona que debía conocerlas es el cardenal Castrillón Hoyos», explicó el portavoz de la Santa Sede, apuntando a quien ha negociado la reconciliación con el grupo.

Del mismo modo, sobre la confusión creada en torno al alcance del perdón, es decir, si los disidentes se podían ya considerar o no dentro de la Iglesia, admitió que «el comunicado dejaba demasiados aspectos dudosos». «Creo que debemos crear una cultura de la comunicación dentro de la Curia, donde cada dicasterio comunica en modo autónomo», concluyó. Se trata de una admisión de errores muy excepcional en el Vaticano.

Según añade Zenit utilizando palabras de Lombardi, "si las explicaciones de la nota de la Secretaría de Estado del 4 de febrero se hubieran dado en el momento de la publicación del decreto, nos habríamos ahorrado varios días de pasión".

"Cuando se trata de temas 'calientes' es mejor preparar bien las explicaciones. Pero es imposible evitar todas las dificultades. Debemos estar dispuestos también a correr riesgos. Y no podemos pensar que es posible avanzar en un camino de reconciliación sin despejar las ambigüedades", concluye.

Entretanto la polémica sigue sin cerrarse y el regreso de los lefebvrianos a la Iglesia parece de nuevo lejano.