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Arzobispo de Granada: "Educar en valores es como quitarse de la cocaína con metadona"

RD/EP, Martes, 2 de junio 2009
El arzobispo de Granada y presidente de la Comisión Episcopal para la Doctrina de la Fe, monseñor Francisco Javier Martínez , ha alertado de la amenaza que supone el relativismo para la democracia, sistema por el que mostró "el aprecio de la Iglesia". Durante la inauguración del curso 'Ética y Futuro de la Democracia', monseñor Martínez ha añadido que "una democracia sin valores se convierte en una dictadura" e hizo un llamamiento a la "recuperación moral". En su opinión, la sociedad actual se encuentra ante "un panorama desolador, un marasmo intelectual y moral que no tiene precedentes".

Asimismo, ha apostado por "cualificar la democracia" y por no aceptar que este sistema sea "un problema técnico". En este sentido, ha afirmado que en la cultura actual los valores "son subjetivos", circunstancia que supone "un empobrecimiento cultural".

También ha afirmado que "hablar de valores hoy es hablar de preferencias" y ha resaltado la necesidad de "recuperar el concepto de virtud, porque requiere una meta". "Educar en valores es como quitarse de la cocaína con metadona", ha agregado.

Con todo, ha recordado, sobre todo a los católicos, que "no existe otra tarea más urgente que ofrecer una mirada desde los ojos de Dios". "Cualquier otra cosa sería trabajar para el enemigo", ha concluído.

Las palabras de monseñor Martínez

No es la primera vez que monseñor Martínez habla de lo que, según su punto de vista, son los problemas que afectan a la sociedad actual. A principios de mayo salió a la luz un artículo titulado ¡Gracias, Santo Padre! donde afirmaba que "se silencia" que el uso "masivo" de preservativos no ha servido para detener el sida en África, sino que "lo ha propagado".

El arzobispo de Granada afirmaba que había que cambiar la mirada sobre la sexualidad. "Lo que ha dicho el papa es verdad. Es verdad para África y es verdad para nosotros. Es verdad para todo el que no se resigne a que nuestra sexualidad, ni nada en nuestra vida, sea como en la vida de los animales" agregaba.

En el texto también hacía referencia a los matrimonios homosexuales, a la píldora del día después, a la eutanasia y a la Ley del Aborto: "Los mismos que deciden que el matrimonio (esa maravillosa y fragilísima realidad humana, o mejor, divina) no es un bien que necesita ser protegido. Los mismos que han decidido que a cualquier cosa (incluso constitutivamente estéril) se le puede llamar matrimonio, haciendo burla de los millones de personas de las que ellos viven, porque son quienes pagan como pueden sus impuestos, aunque ninguna de esas personas (absolutamente ninguna) haya nacido de esas uniones estériles".

"Los mismos que deciden que matar a un ser humano, siempre que no haya nacido y no tenga voz para gritar, ni acceso a los medios de comunicación para defender sus derechos, ni un sindicato que le defienda, es legítimo, con tal de que les convenga a alguno de los adultos implicados. Los mismos que están a punto de decidir una salida igualmente digna y honrosa a favor de quienes han dejado ya de producir, para que no sean una carga para la Seguridad Social. Los mismos que piden mil controles para obtener un antibiótico, pero dan a menores, sin que sus padres lo sepan, sin rechistar y sin comentario, y todas las veces que haga falta, una píldora abortiva cuyas consecuencias, absolutamente conocidas en caso de abuso, no se quieren decir" conluía.