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Ocho de cada diez españoles piensan que la Iglesia no debe influir en política, según el CIS

RD, Miércoles, 15 de julio 2009

“España ha dejado de ser un país de religión católica para ser un país de cultura católica”. Esta es una de las principales conclusiones del informe “La nueva pluralidad religiosa”, elaborado por los profesores Alfonso Pérez-Agote y José Santiago, publicado por el Ministerio de Justicia y que esta mañana ha sido presentado dentro del curso de verano organizado en El Escorial por la Fundación Pluralismo y Convivencia. Un informe, que recoge las últimas investigaciones llevadas a cabo por el CIS, y que trasluce un importante cambio de paradigma, especialmente en los jóvenes españoles, que por primera vez no se declaran mayoritariamente católicos, sino agnósticos, ateos e indiferentes.

El informe fue presentado por Pérez-Agote, quien incidió en que “la sociedad se ha adueñado de los recursos culturales, incluidos los religiosos, pero ya no se preocupa por la ortodoxia”. O, dicho en otras palabras: “los españoles se siguen definiendo como católicos, pero no hacen ningún caso a la Iglesia”. Algo que se comprueba con los datos del CIS.

Católicos, pero no practicantes
Así, mientras el 75,3% de los españoles continúa declarándose católicos, apenas un 19,9% acude a misa con asiduidad (sólo un 4,7 más de una vez por semana). Por el contrario, el 46,7 % no va nunca a misa.

Por su parte, el 85,9% de los extranjeros (5,2 millones en 2008) declara tener alguna religión. De los que la tienen, el 56,1% se declara católico, el 15,2 musulmán, el 14 ortodoxo y el 5,3 evangélico. “La población inmigrante es mucho más religiosa que la española”, apunta el catedrático de Sociología de la Complutense.

En este y otros aspectos, los extranjeros son más practicantes que los nacionales. De este modo, van a misa un 30,2 %. También rezan más: 65,4% por 34,1%; y valoran mejor la importancia de la religión: 7,28 por 4,76 sobre 10.

Un 14,9% de los encuestados no cree en Dios, y sólo el 37,9 dice que no tiene dudas de que exista. En cuanto a las “verdades de fe” establecidas (cielo, infierno, alma o pecado), los temores se ven confirmados. De este modo, creen con seguridad en el cielo apenas el 18,8%, mientras que están seguros de que no existe el 34,6; en el Infierno, creen el 12,9%, y no lo hacen el 42,5; creen en el pecado uno de cada cuatro (24,3%), por un tercio (33%) que no. Sólo hay mayoría en la creencia positiva en el alma (sí, el 30,7; no, el 22,7).

Financiación estatal
Sí resulta especialmente llamativa la opinión que los españoles tienen acerca del papel de la Iglesia católica en sociedad. Ocho de cada diez (81%) ciudadanos, según la investigación, opinan que “las autoridades religiosas no deberían influir en asuntos políticos”.
Sobre la financiación estatal a las religiones, la postura es bien clara: casi la mitad (48,4%) opina que el Estado “no debería ayudar a ninguna”, mientras que uno de cada cuatro (24%) afirma que se debe sostener “a todas las religiones”. Sólo el 17,6% indica que únicamente ha de apoyar en lo económica a la Iglesia católica, y no al resto de confesiones.

Casi todas las posturas mantenidas por la Iglesia católica en los denominados “temas de frontera” (aborto, eutanasia, preservativo,  matrimonios gay, divorcio…) son minoritarias para el conjunto de la sociedad. Así, la posición de la Iglesia sobre el divorcio es apoyada por el 20,4%, y rechazada por el 70,6; respecto al aborto, el 60% de la ciudadanía no está de acuerdo con la Iglesia, por el 30,9 que sí la apoya; en cuanto al preservativo, tres de cada cuatro (76,5 frente al 15,3) rechazan la opinión de la Iglesia católica; un 54,3 estarían a favor de que los sacerdotes pudieran contraer matrimonio, y un 62,1 consentirían las relaciones entre personas del mismo sexo. Más de la mitad (58,7) se muestran en desacuerdo con la posición de la Iglesia católica frente a los matrimonios gay, y el 51,7 tampoco avalan su postura ante la adopción por parte de parejas homosexuales. Finalmente, el 26,3% de los encuestados está de acuerdo con la postura de la Iglesia respecto a la eutanasia, por un 57,2 en contra. 

El único “brote verde” positivo respecto al debate actual de la presencia de lo religioso en sociedad se encuentra en la clase de Religión. Así, el 59,8% de los padres desearía que sus hijos recibieran enseñanza religiosa en la escuela, por el 29,4% en contra. Eso sí: gratis. El 51,7% está en contra de que el Estado financie las escuelas concertadas confesionales al mismo nivel que las públicas.

Otras cuestiones, como el uso del velo, también son analizadas por la encuesta. En este punto, cabe destacar una fuerte polarización: el 39,3% de los encuestados están a favor de su uso en libertad, mientras que el 44,7 se muestran contrarios al mismo.

Jóvenes y religión
En cuanto a los jóvenes, Pérez-Agote subraya cómo “empiezan a definirse, de una forma muy elevada, como ateos, agnósticos o indiferentes”. “En estos momentos –subraya-, lo normal en los jóvenes ya no es ser católico, sino ateo, agnóstico o indiferente”. El experto destaca la “relación de lejanía” de los jóvenes respecto a la religión. “Ellos no viven en una cultura católica, sino que en la última generación, la catolicidad se ‘borra’ de buena parte de los jóvenes”. Es más: cuando, por distintas razones, los jóvenes “retornan” a la vida religiosa, lo hacen de un modo apartado a la cultura del país. Lo que, en algunos casos, puede llegar a provocar brotes de radicalismo religioso.