La mayoría oficia en comunidades de base, aunque unos pocos lo hacen en parroquias y con conocimiento oficial

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Unos 6.000 sacerdotes casados desarrollan labores pastorales en España

RD, Miércoles, 24 de agosto 2005
El caso del sacerdote Evans David Gliwitzki, el antiguo pastor de la Iglesia anglicana, casado y con dos hijas, que esta semana ha sido ordenado sacerdote católico en Santa Cruz de Tenerife no es un caso excepcional en España. Unos 6.000 curas (un 18% del total) están casados y ofician celebraciones litúrgicas en comunidades de base. Una parte minoritaria ejerce su ministerio en parroquias con el conocimiento tácito de la jerarquía.

Estas cifras, facilitadas por Julio Pérez Pinillos en la presentación de su libro 'Los curas obreros en España', revelan una realidad silenciada en la Iglesia católica. En todo el mundo hay unos cien mil sacerdotes casados, cuestión sobre la que siempre ha existido controversia en la Iglesia de Roma desde la implantación del celibato. El propio Evans David Gliwitzki ha manifestado que espera que la Iglesia católica encuentre una fórmula para admitir en su seno a los sacerdotes casados aunque, en su opinión, habrán de pasar todavía 50 ó 60 años para que el Vaticano aborde la cuestión. En su opinión, Roma es en la actualidad «muy estricta» con el celibato. Los sacerdotes casados, asegura, tienen que trabajar «muy duro para probarnos a nosotros mismos, porque estamos siendo observados. Hay clérigos y fieles que nos observan», señaló.

Contra el celibato

Julio Pérez Pinillos es un sacerdote secularizado y casado con una representante de la corriente internacional 'Somos Iglesia'. Pérez defiende la libre opción del celibato, tiene hijas y pasó de cura obrero y de presidir la Federación Internacional de Sacerdotes Católicos Casados, a trabajar en la enseñanza en un colegio de Vallecas y a ejercer su ministerio en distintas parroquias. Pinillos explica que para una amplia representación de teólogos progresistas y de movimientos cristianos de base, el celibato impuesto por ley no tiene soporte en la Biblia, ni en la tradición, ni en la Teología. Ese estado, opina, tampoco comporta una mayor madurez espiritual-afectiva, ni en un mejor servicio a la comunidad cristiana.

Desde el siglo XV, la reivindicación del celibato opcional ha sido algo habitual en la Iglesia. Alemania, Francia y diversos países sudamericanos destacan en esta línea, adoptada incluso por la jerarquía católica. El obispo argentino Jerónimo Podesta se casó y fue suspendido 'a divinis' por la Santa Sede. En España hay dos colectivos que agrupan a curas casados y que promueven el reconocimiento del celibato opcional.