El texto se ofrece en forma de preguntas y respuestas sobre 598 cuestiones

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El nuevo catecismo reducido reafirma la excomunión de los divorciados

RD, Viernes, 14 de octubre 2005
La versión reducida del catecismo, cuya edición en español se acaba de poner a la venta, reafirma la prohibición de que los divorciados comulguen. El resumen editado ahora se estructura en forma de preguntas y respuestas que abordan 598 cuestiones. Benedicto XVI advierte de que este texto no sustituye al Catecismo de la Iglesia.
 
La versión reducida del catecismo de la Iglesia católica trata de afianzar la “unidad de la fe”. El compendio, cuya edición en español acaba de aparecer en las librerías, sigue impidiendo que los divorciados puedan comulgar, al tiempo que cierra las puertas a la abolición del celibato sacerdotal. El arzobispo castrense emérito, José Manuel Estepa, subrayó que el catecismo aprobado en 1992, en el que se basa la edición reducida que se publica ahora, conserva toda su autoridad.

“Fiel al Señor, la Iglesia no puede reconocer como Matrimonio la unión de divorciados vueltos a casar civilmente”, los cuales no podrán, dice el texto, “recibir la absolución sacramental” ni “acercarse a la comunión eucarística”.

El “compendio del catecismo” es una síntesis del libro que se sancionó hace ahora trece años y que causó un gran revuelo por la justificación que hacía de la pena de muerte. El resumen editado se estructura en forma de preguntas y respuestas que abordan 598 cuestiones.

Como dijo Estepa, el volumen bien puede ser considerado un “vademécum” de la fe cristiana. Para llegar al libro presentado ayer han sido necesario dos años de trabajo de una comisión que presidió el entonces cardenal Joseph Ratzinger. Benedicto XVI escribe una introducción en la que avisa que el compendio “no es una obra autónoma ni pretende de ningún modo sustituir al Catecismo de la Iglesia católica , más bien remite a él constantemente”.

El texto asevera que no hay salvación fuera de la Iglesia católica y certifica la existencia del cielo, el infierno y el juicio final.

La Iglesia revalida su oposición a la manipulación de embriones y la fecundación in vitro, condena el “culto al cuerpo” y el uso de estupefacientes y declara prácticas contrarias a la integridad corporal el secuestro, el terrorismo, la tortura, las violencia y la esterilización directa.