No sabemos si está dando la vuelta al mundo, pero esta foto de AP ha debido recorrer ya España de punta a punta. Benedicto XVI no dudó en probarse un tricornio de la Guardia Civil este miércoles en la Plaza de San Pedro, haciendo muestra de su buen humor, como ya había hecho en junio, en una situación similar, cuando se probó el casco de los bomberos de Roma.

El Papa, en junio, con el casco de los bomberos romanos.

El Papa admiraba profundamente a su padre, gendarme alemán; y la Guardia Civil se debe a su patrona, la Virgen del Pilar, desde 1913. La escena no se olvidará en los cuarteles españoles, donde probablemente ya luzca colgada de una pared.

Benedicto XVI, en su época de prefecto de la Congregación para la Doctrina de la Fe, le llamaban "el guardián de la ortodoxia". Ahora, algunos le llaman ya "el guardia civil de la fe".

La anécdota se ha producido en la Plaza de San Pedro, a la que han acudido unas 20.000 personas para asistir a la tradicional audiencia general de los miércoles.

En ella, Benedicto XVI ha instado a los gobernantes a ponerse del lado de los humildes, las víctimas y los más necesitados, al tiempo que animó a los débiles a confiar en Dios para superar las dificultades.

El buen humor del Papa ya se había conocido en una situación anterior y muy parecida, cuando el pasado 16 de junio, y concluida la audiencia del miérc oles saludó a un grupo de bomberos de Roma, que le mostraron la última novedad en cascos. Le acercaron uno y el Papa no dudó en ponérselo, en medio de las palmas, vivas y risas de los presentes.