Cada obispo cobra unos 900 euros al mes, según explicó a Europa Press el vicesecretario para Asuntos Económicos de la Conferencia Episcopal Española (CEE), Fernando Giménez. Los sueldos de los prelados están incluidos en el Fondo Común Interdiocesano, es decir, un fondo constituido por la CEE para las necesidades de la Iglesia con el dinero que viene de Estado (asignación tributaria), las aportaciones de las diócesis, etc.

Así, en 2006 se prevé un gasto de 144,2 millones de euros en lo que se refiere al capítulo 'asignación tributaria'; 12,4 millones en 'aportación de las diócesis'; 400.000 euros en 'reintegro de cuotas de la Seguridad Social de capellanes'; 6.000 en 'donativos'; y 590.323 en 'remanente de ejercicios anteriores'. Con todo, los gastos del Fondo Común Interdiocesano ascienden a 157,7 millones.

Estos 157,7 millones de euros se destinan en su mayor parte a las diócesis, que perciben 133,3 millones, para gastos generales y de personal, actividades pastorales y seminarios mayores y menores.

El resto, 24,3 millones de euros se distribuyen en 'pagos a realizar por la gerencia de la CEE', que se subdivide en conceptos de personal, facultades eclesiásticas y varios gastos (Santa Sede, monjas de clausura, conferencias religiosas, algunas instituciones extranjeras, proyectos pastorales y de evangelización, etc.).

En este capítulo, cobra interés los pagos a personal, concretamente, la remuneración de los obispos, con 1,5 millones --'cada obispo cobra unos 900 euros al mes', confirmó Giménez-- y el pago a la Seguridad Social del Clero Diocesano --'los curas cotizan por el Salario Mínimo Interprofesional y cobran la pensión mínima'.

Los 'Balances' de la CEE y los de sus organismos e instituciones correspondientes a 2004 fueron aprobados a finales de noviembre en la LXXXV Asamblea Plenaria, con un gasto de 3,14 millones de euros. El gasto previsto por el Episcopado para 2006 asciende a 3,29 millones.